La locura de Gayá: jugó más de medio partido contra el Girona con el dedo dislocado

José Luis Gayá se dislocó el dedo durante el Girona-Valencia, pero siguió jugando. El capitán che se fue al suelo en una acción con Iván Martín y, mientras que el futbolista del conjunto catalán se levantó rápido, el valencianista siguió tendido. Se veían evidentes gestos de preocupación en los jugadores del equipo valenciano y la sorpresa llegó cuando se vio que Gayá tenía uno de sus dedos completamente torcido. El jugador se dislocó el dedo, pero el médico se lo colocó y siguió jugando como si nada.

La imagen no deja de ser impactante. Corría la media hora de juego en Montilivi cuando los jugadores del Valencia pidieron la asistencia de los médicos, todo mientras que Gayá se dolía bastante. No era para menos, puesto que se había dislocado totalmente su dedo corazón de la mano izquierda.

Las asistencias del club entraron al terreno de juego y atendieron al futbolista, que pudo seguir jugando a pesar de todo. En un momento, los médicos le colocaron el dedo dislocado a Gayá y siguió disputando el partido, que era fundamental para los intereses del equipo valenciano.

El Valencia pudo contar durante el resto del encuentro –aproximadamente una hora– con su capitán. Gayá siguió sobre el césped como si nada, participando en un partido en el que había mucho en juego, puesto que por primera vez en la temporada, el equipo che se encontraba fuera de los puestos de descenso. Además, consiguieron adelantarse en el marcador contra el Girona, por medio de Diego López. Sin embargo, verían como poco después Stuani empataba el partido. Eso sí, el punto les permite irse al parón internacional fuera de los puestos de descenso a Segunda.

😵‍💫😵‍💫😵‍💫 Ojo a la imagen del dedo de Gayà

🫡 El capitán del Valencia ha recibido atención médica y ha podido seguir jugando

📸 @perepunti pic.twitter.com/b86du1kznu

— Mundo Deportivo (@mundodeportivo) March 15, 2025

Después de sufrir este contratiempo, el capitán del Valencia continuó jugando, aunque lo hizo con un vendaje en la zona afectada. Los médicos le colocaron el dedo y le colocaron esparadrapo en su dedo corazón, con el fin de evitar que volviera a pasarle más adelante. Pero lo realmente llamativo es que, a pesar del dolor, Gayá pudo aguantar y terminó el partido.