El líder para el rayo
Sin sudor, con cierto sufrimiento y con las estrellas en el campo. El Barcelona volvió a sumar una victoria en Liga Santander, una más sin mostrar un nivel extraordinario pero sí el necesario para confirmar que está hecho a prueba de rayos y que la Liga, salvo hecatombe difícilmente pronosticable, volverá a ser suya. Con goles de Piqué, Messi y Suárez, el Barça se impuso a un deprimido Rayo Vallecano (3-1) en un partido que sirve como preludio para los culés con el Olympique de Lyon en el horizonte y desgraciadamente apunta también al punto y final de la era Michel en el conjunto madrileño, cada vez más abajo en la tabla.
El Barcelona se presentaba en un partido que podía ser considerado como un trámite, teniendo en cuenta su ventaja al segundo en Liga y el partido contra el Olympique a sólo cuatro días vista. Sin embargo, la alineación de Valverde, con Piqué, Busquets, Messi y Suárez no dejaba lugar a la duda. El Txingurri iba a por todas y en las rotaciones, existentes, solamente entrarían los teóricos secundarios.
Un ritmo pausado, incluso atrancado, permitió al Rayo vivir relativamente tranquilo en los primeros minutos de partido. Messi y Suárez eran invisibles ante el entramado defensivo planteado por Michel y en el otro área un delantero comenzaba a dejar constancia de su presencia en el partido antes de que su nombre resonara con la fuerza necesaria para que los 74.000 espectadores presentes en el Camp Nou aprendieran su nombre.
Porque Raúl de Tomás no es un jugador cualquiera. El ‘9’ del Rayo aúna potencia, calidad e inteligencia en sus movimientos, aunque lo más importante para anotar el gol que abría la lata del Camp Nou fue su descaro, descaro para controlar el balón solo ante la línea defensiva del Barça y confiar en que se abriría el espacio necesario ante todo un Gerard Piqué para más tarde batir a Ter Stegen con un disparo pegado al palo. En su cabeza parecía espectacular y el paso a la realidad no hizo sino confirmar lo que RDT lleva empeñado en demostrar desde hace varios meses. Raúl es uno de los mejores delanteros de la Liga.
Con el marcador a favor, los de Michel eran conscientes de que el Barça, hasta entonces aplatanado, iba a activarse en busca del empate antes del descanso. La defensa de cinco se le atragantaba a los de Valverde, que no sorprendían con la subida de los laterales, pero fue el balón parado el que les salvó de marcharse a vestuarios con el marcador en contra. Un centro al primer palo de Messi era remachado a la carrera por Piqué, que entró con un obús y al que no detectó ni la defensa ni Dimitrievski, haciendo más severo el agujero que tiene el Rayo en los centros laterales.
Dembélé cambia el partido
El 1-1 fue el resultado al descanso y a la vuelta Valverde preparaba una novedad táctica en el partido. Se marchaba un centrocampista puro como Arthur y en su lugar entraba Dembélé, bajando a Coutinho un escalón para aproximarle a la creación. El Rayo debía seguir capeando el temporal e intentó hacerlo a través de un muro que pronto mostró ser de paja y no de hormigón. Prácticamente en la primera acción de peligro en la segunda parte, Amat derribaba en una acción evitable a Semedo dentro del área. El VAR no corregía el penalti porque el contacto –suficiente o no– existió y Messi, con la tranquilidad del que está jugando una pachanga, engañó a Dimitrievski para poner al Barça por primera vez por delante en el marcador.
El Rayo había pasado de la esperanza a la lógica de la derrota y Míchel debía reaccionar para dotar a su ataque de una alternativa a la soledad de De Tomás. El delantero lograba sumar en cada recepción, pero su distancia de las dos líneas de cinco y cuatro del equipo de la franja hacía que estas fueran intrascendentes en cuanto a llevar peligro a la portería del Barça se refiere. Un mediapunta por un central, Pozo por Amat, y a buscar el empate. El Rayo es un equipo valiente y su exposición valdría un aplauso siempre que contara con un mínimo de dominio en el partido a falta de media hora para consumar su sexta derrota consecutiva.
La contra siguió siendo el argumento de la remontada del Rayo, pero la suma de hombres de ataque, con los pulmones de Bebe e Imbula sumándose a Álvaro, RDT y Pozo, hacían que el peligro comenzara a asustar mínimamente a un Barcelona que dejó de exponer tanto a sus laterales para atar la victoria. También en las salidas al contraataque tuvo el Barça un par para sentenciar, pero la tensión competitiva de Messi y Suárez estaba lejos de ser la apropiada.
Con diez minutos por jugar entró Ivan Rakitic al terreno de juego, y el croata no tardó en mostrar su momento de inspiración, que le ha convertido en uno de los mejores del mundo en su puesto. Con una combinación supersónica, Suárez y Rakitic se plantaron delante de Dimitrievski y el charrúa se encargó de ponerle el lazo al partido con un 3-1 que solventó sin sobresaltos ni brillantez antes de la batalla europea.