Fórmula 1

Leclerc se lleva un insufrible Gran Premio de Mónaco

Charles Leclerc ganó en su casa por primera vez el Gran Premio de Mónaco seguido por Oscar Piastri y Carlos Sainz

Charles Leclerc, Mónaco
Charles Leclerc en el GP de Mónaco. (Getty)
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Charles Leclerc fue profeta en su tierra y por primera vez en su carrera deportiva ganó el Gran Premio de Mónaco. La carrera pasará a la historia como una de las más aburridas de todos los tiempos sin apenas adelantamientos ni paradas en boxes en lo que fue una procesión de coches.

El piloto de Ferrari no se vio amenazado en ningún momento manteniendo la primera posición que selló el sábado con la pole. El podio lo completaron Oscar Piastri y Carlos Sainz, quienes fueron prácticamente de paseo conservando neumáticos. Fernando Alonso terminó en un meritorio undécimo puesto progresando tres posiciones en carrera. Ferrari ganó por primera vez en Mónaco desde 2017.

La anti-Fórmula 1 existe. El Gran Premio de Mónaco mostró la cara más aburrida del automovilismo en una carrera donde los pilotos dejaron de competir para guardar neumáticos. No hubo emoción en las calles del Principado más famoso del mundo. Fue un desfile de coches que no podían adelantarse y que estaban bien advertidos de que no podían tomar ningún riesgo tras el tremendo accidente que se produjo en la primera vuelta.

La carrera estuvo condicionada

Ese encontronazo entre Checo Pérez y Kevin Magnussen que arruinó la carrera de Nico Hulkenberg fue lo más emocionante que ocurrió en el Gran Premio de Mónaco. Unos y otros se echaron la culpa de un percance que pone a las claras lo imposible que es adelantar en este trazado con el actual tamaño de los monoplazas.

La acción, que provocó un parón de casi 45 minutos mientras se reparaban las protecciones, fue revisada como una jugada del VAR por los comisarios determinando que fue un incidente de carrera. El hecho es que ese cuantioso accidente –tres coches quedaron destrozados– fue un aviso para el resto de pilotos, que fueron aleccionados en el box para que tomasen cero riesgos.

En esa vuelta inicial, además, la suerte se alió con un Carlos Sainz que pinchó su neumático intentando ganar la segunda posición a Oscar Piastri y que vio cómo su tercera plaza era restablecida tras el accidente, pese a que tener que aparcar su coche al lado del casino de Montecarlo. El madrileño vio cómo su posición se tomó en cuenta tras el primer sector teniendo mucha fortuna porque, de lo contrario, habría caído a la última posición de carrera.

Otro incidente en esa primera vuelta picante lo protagonizaron unos Alpine que se las tuvieron tiesas. Esteban Ocon intentó adelantar a traición a su compañero Pierre Gasly esperando que éste le dejase hueco. El vehemente ex compañero de Fernando Alonso salió volando por los aires arruinando su carrera no pudiendo reparar los daños, pese a la demora desencadenada por el accidente inicial.

Con el freno de mano puesto

Todos estos acontecimientos hicieron que los pilotos saliesen con la consigna de arriesgar lo mínimo viéndose tiempos lamentables durante el reinicio de la carrera. Muchos pilotos querían hacer 78 vueltas con el neumático duro e incluso medios conduciendo como auténticas tortugas. Una muestra de ello es que hubo vueltas que fueron 10 segundos más lentas que la de la pole position.

Esta circunstancia daba un poco igual porque no se podía adelantar y los pilotos, optimistas ellos, querían evitar pasar por boxes para mantener las posiciones iniciales de carrera. El único que ganó algo fue un Fernando Alonso que ascendió de la decimocuarto a la duodécima plaza consiguiendo una posición en cada una de las salidas. Pero el asturiano estaba igual de encajonado que el resto y encima con unos neumáticos medios que no auguraban que pudiese llegar al final sin parar en el box.

Tras 40 vueltas, únicamente Bottas y Stroll habían parado dando muestras de que todo el mundo estaba empleando la táctica más conservadora posible. El compañero de Fernando Alonso deberá invitar a su compañero a unas cervezas tras la carrera después de retener a cuatro pilotos para dejarle un espacio de 21 segundos para que hiciese la parada sin perder su undécima posición.

Adelantar imposible

El canadiense, sin embargo, pinchó su neumático trasero derecho 10 vueltas después echándole un poco de picante al asunto. Fernando Alonso se quedaba a una plaza de los puntos y rezaba porque algún incidente tuviese lugar.

Mónaco, sin embargo, tiene que plantear qué hacer con su futuro. El primer adelantamiento de carrera llegó en la vuelta 54, obra de Bottas contra un Sargeant que tenía las ruedas en la lonas. Tan imposible era pasar a los rivales que ni el mismísimo Verstappen con ruedas nuevas pudo pasar a un George Russell que tenía unos neumáticos medios de más de 60 vueltas, pero que peleó como gato panza arriba.

Si el tricampeón no podía, el resto ni lo intentaba. Los comisarios tuvieron que despertar de la siesta a Kylian Mbappé para que sacase la bandera a cuadros y pusiese fin a esta insufrible carrera que no quedará en la retina de nadie. Al menos, Charles Leclerc podrá decir que fue el primer monegasco que ganó la carrera de su país.

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