Las 5 enfermedades de los Grizzlies de Marc Gasol

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Marc Gasol, en un partido con los Grizzlies. (Getty)
Ignacio L. Albero

Ahora mismo sólo les queda de furor el oso pardo de su camiseta. Su papeleta de favorito en esta temporada para el asalto al título ‘Warrior’ le ha provocado una fuerte indigestión. La última estaca se la han clavado los propios campeones en su Fedex Forum. Otra derrota más en su casillero que baja a la velocidad de la popularidad de los Pujol. Abrieron un hueco a la esperanza a base de épica. Un palmeo milagroso de Randolph ante los Blazers les dio una victoria agónica. 4 victorias y 6 derrotas. Las ambiciones de anillo de Marc Gasol se apaciguan drásticamente mientras la ciudad de Elvis espera el rock&roll de Mario Chalmers. En su estreno: victoria. Aún así… ¿qué les pasa a los Grizzlies?

Tiro exterior

El engrasamiento de los Mike Conley o Courtney Lee es ahora mismo el de un alambique del siglo XVIII. No es que fuera su arma principal la pasada campaña, pero por lo menos los porcentajes no inspiraban misericordia. Más allá de la línea donde se forjan las leyendas el porcentaje es de un 25,8 %, cuando el año pasado estaban en un 33,9%. La salida de Prince empieza a doler…

No afinan

Ya no sólo se trata de ir más allá de la línea de tres, cualquier zona del campo es mala para anotar. Su porcentaje de tiros de campo es del 39,9% cuando nunca han bajado del 44 en los últimos 5 años. ‘Lo suyo nunca ha sido atacar’, podrá pensar alguno. Vale, aceptamos submarino como animal acuático. Lo que es complicado de comprar es ver como son el equipo que menos anota de toda la NBA con una media de 90,2 puntos por partido. Cojan pañuelos que todavía hay más.

Marc Gasol no carbura

Tanto elogio y odas a su baloncesto no han sentido bien en Marc Gasol. La mejora en su contrato han producido, como una dieta mala, efecto rebote. El que consideran como mejor center de la NBA ha reducido drásticamente su producción ofensiva. Sus 20 millones de dólares por año se están traduciendo en 12,6 puntos y 5,5 rebotes por partido. Realidad totalmente opuesta a la vivida hace cosa de un año cuando promediaba 19,1 puntos y 7,4 rebotes.

La defensa no funciona

Equipo. Era la palabra que les fundía erigiéndose en un muro impenetrable para sus rivales. Randolph y Gasol se encargaban de la intimidación en la pintura; mientras que Tony Allen hacía el trabajo sucio de desesperar a las estrellas enemigas. Lo compaginaba robando balones como un carterista profesional en plena Gran Vía. Todo ello acompañado de su particular Robin: Mike Conley. Memphis recibe 105,3 puntos por partido siendo los séptimos en esta faceta. En lanzamientos exteriores, los peores: 42% de acierto de sus rivales más allá de la línea de 3. ¿En tiros de campo? Les anotan un 47% de los tiros. O mejoran o se derrumban.

Sin soluciones en el banquillo

Eran casi los mismos pero aportaban más. Se fueron Pondexter y Prince para convertir la segunda unidad de Joerger en una banda de baloncestistas en cualquier pista de Carabanchel. Barnes, Green, Wright, Carter y Udrih anotan 8 puntos menos por partido… Y tiene un +/- de, ojo, -35,4. Porcentajes, números que, como el algodón, no engañan. Inicio titubeante que les coloca, como un funambulista, en la cuerda floja.

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