Al Khelaifi no está para dar lecciones

En los días en los que se relaciona a Al Khelaifi con el encarcelamiento de un empresario que supuestamente tendría información que le comprometería en relación con la elección de Qatar como sede del Mundial, el máximo mandatario del PSG se permite el lujo de cuestionar la legalidad y moralidad de las palancas del Barça de Laporta.

Cabe recordar que Nasser es el presidente de la ECA, organización de clubes íntimamente ligada con la UEFA. Cuando este hombre habla, no sólo lo hace como presidente del PSG, sino también como alguien con una terrible influencia en la UEFA.

Cuestionar la legalidad de la venta de patrimonio para el reforzamiento del equipo cuando ninguna norma del fútbol lo impide es bastante irresponsable en su situación. No digamos ya la moralidad. Pero lo más descacharrante es que lo haya hecho el presidente de un club estado que lleva años saltándose a la torera la normativa correspondiente al Fair Play Financiero. Esté incumplimiento dejó de ser una especulación cuando ya en dos ocasiones la propia UEFA ha reconocido el hecho, aunque las sanciones nos hayan hecho reír a todos.

Podremos cuestionar si la arriesgada estrategia de Laporta le llevará a recuperar al Barça o hundirlo más, pero que está en su derecho de obtener recursos con su propio patrimonio no puede estar en discusión. Mucho más legal y moral que enmascarar contratos de patrocinio con empresas de Qatar.

Esto vuelve a poner de relieve la importancia de que exista una normativa que limite la actuación de los clubes estado. Hasta ahora la Superliga parece el único camino que se ha intentado enfrentar a este problema. Ojalá pronto la UEFA se una en esta decisión.