Como en su primera etapa

La historia se repite: Diego Costa tendrá que ganarse un puesto

La historia se repite: Diego Costa tendrá que ganarse un puesto
Diego Costa, durante un entrenamiento con el Atlético de Madrid

La historia se repite con Diego Costa. El Atlético de Madrid ha hecho oficial el acuerdo alcanzado con el Chelsea, por lo que el delantero firmará por el club rojiblanco y estará entrenando con el grupo hasta que en septiembre pueda ser inscrito. Con la temporada ya iniciada, el de Lagarto tendrá que ganarse un puesto en los planes de Simeone, tal como hizo durante su primera etapa en el club colchonero.

En el Atlético de Madrid nadie regala nada. Eso bien lo sabe Diego Costa, nuevo fichaje de la entidad colchonera. No podrá jugar hasta enero, pero tendrá por delante los mismos meses para recuperar la forma que los que tuvo de vacaciones. Un tiempo más que suficiente para ponerse a tono, pero en el que echará de menos la competitividad de partidos oficiales y podría pasarle factura en el primer mes de 2018.

Ha cumplido su deseo: regresar al Atlético. A su Atleti. Ese que tanto le dio, y al que tanto dio. Ese por el que se declaró en guerra con el Chelsea con tal de retornar a Madrid. Un anhelo que ha llegado a buen puerto, también por el esfuerzo que ha hecho el club colchonero para tener de vuelta a una de las peticiones expresas del Cholo Simeone.

Esta vez parte con ventaja. Además de contar con la confianza del Cholo, del club, de sus compañeros y la afición, llega con la vitola de ser uno de los mejores delanteros del mundo. El de Lagarto lleva varios años al más alto nivel, pero como ya hemos dicho: en el Atleti de Simeone nadie regala nada. Diego Costa lo sabe, y si no, también se lo ha recordado Koke.

Después de varios meses sin entrenar, sus compañeros parten con ligera ventaja, pero Diego Costa viene con ganas de comerse el mundo. De ganarse al Metropolitano como ya lo hiciera con el Vicente Calderón. Porque le costó ganarse el cariño de la afición colchonera, pero lo consiguió a base de esfuerzo, trabajo y goles.

Diego Costa celebra un gol con el Atlético durante su primera etapa como rojiblanco. (Getty)

Llegó en 2006 al Atlético de Madrid. Un largo de período de cesiones le permitieron crecer lejos del Manzanares, antes de que en 2012 se quedase definitivamente con el primer equipo. Desde entonces, goles y más goles. De chilena, con la cabeza, con la derecha, con la zurda, a punto de romperse la tibia y el peroné. El de Lagarto se dejaba el alma en cualquier partido.

Se marchó al Chelsea, donde demostró su calidad. Y también su carácter. Ese carácter suyo que venía de fábrica, pero al que Simeone y el Atlético de Madrid han alimentado. Ahora regresa a la que considera su casa. A la que sabe que tendrá que trabajar y sudar la gota gorda para hacerse con un hueco en el once inicial. La historia se repite, sin cesiones, pero se repite: Diego Costa tendrá que ganarse el puesto.

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