Enemigo inesperado en la F1

El efecto rebote que amenaza el asalto de Ferrari al trono

Ferrari
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Guillermo Sáez

No es un enemigo nuevo en la Fórmula 1, pero después de 40 años ausente parecía desterrado. La recuperación del efecto suelo, uno de los cambios más importantes en la nueva normativa de la Fórmula 1, lo ha resucitado. Hablamos del ‘porpoising’, un anglicismo de imposible traducción al español que está amargando a las escuderías y que es prácticamente indetectable en los túneles de viento. Entre los equipos más preocupados se encuentra Ferrari, como reconoce Carlos Sainz.

«Solucionarlo es una de nuestras mayores prioridades. Salimos a pista, lo sentimos y vimos que así era complicado dar vueltas. Hay que trabajar en ello y el primero que lo consiga corregir será el primero que pueda bajar las alturas y eso se va a notar en el efecto suelo. No sé si los otros equipos lo sufren tanto como nosotros», reconoce el piloto español en un encuentro con presencia de OKDIARIO en el Circuito de Cataluña.

‘Porpoise’ significa ‘marsopa’ en inglés y ‘porpoising’ hace referencia al movimiento que realiza este cetáceo marino, similar al delfín, para desplazarse por el agua. El término es apropiado, ya que es la sensación visual que produce ver a los coches rebotando en la recta principal de Montmeló. El problema nace de los flujos de aire que circulan bajo el coche y la súbita pérdida de carga aerodinámica que producen.

«Aún no hemos hecho 60 ó 70 vueltas botando como locos y no sé si el coche lo aceptará, sinceramente. Puedo asegurar que no es cómodo ni una sensación bonita de tener a 320 kilómetros por hora. Me llama un poco la atención que ningún equipo lo haya previsto, pero también es lo bonito de la Fórmula 1, que los equipos parecen tener todo bajo control y luego llega una reglamentación nueva que nos pone a todos en nuestro sitio», valora Sainz.

Este bota que te bota ha sido el principal quebradero de cabeza para Ferrari en una primera fase de la pretemporada que, por lo demás, ha transcurrido como la seda para el equipo italiano. Ahora llega el momento de analizar la enorme cantidad de datos recogidos y trasladarlos al simulador. En Maranello tienen dos semanas de plazo hasta que la pretemporada se reanude en Baréin.

En busca de la solución mágica

«La Fórmula 1 nunca es realizar un cambio y solucionar un problema. Son pequeños cambios y alteraciones que la mayoría ni las veréis y que ojalá nos vayan permitiendo quitarnos el fenómeno este. En eso van a estar trabajando todos los ingenieros de todos los equipos a tope para intentar resolverlo lo antes posible. En lo túneles de viento que hay hoy en día ya empiezas a tener todo bastante controlado y luego llega un coche con este efecto suelo y te hace abrir los ojos para ver que hay que seguir trabajando en los sistemas de simulaciones para seguir mejorando como equipo», valora el piloto madrileño.

Su jefe en Ferrari, Mattia Binotto, cree que es «bastante sencillo solucionar» este molesto asunto del ‘porpoising’, pero que lo difícil es hacerlo sin mermar la velocidad del coche. «A la ves que lo solucionamos también tenemos que optimizar el rendimiento y eso es algo más complicado. Estoy bastante seguro de que en algún momento el equipo encontrará la solución. ¿Cuánto tiempo nos llevará? No sé. Los que antes lo hagan tendrán una ventaja al principio de la temporada», avisa el italiano.

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