Cuando el Barça se negó a jugar contra el Atlético y dio plantón a la Copa: «Hubiera sido una farsa»
Los azulgranas no se presentaron a la vuelta de semifinales en el año 2000 por falta de jugadores
Fue la última vez que el Atlético eliminó al Barcelona en Copa del Rey
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El Atlético comienza ante el Barça su subida al Everest. Los de Simeone se juegan en apenas un mes sus aspiraciones en las tres competiciones: Champions, Liga y Copa. Inician la escalada por la última de ellas, en Montjuic, ante el Barça y en semifinales. Idéntico escenario en el que los colchoneros eliminaron por última vez al conjunto catalán, que había perdido (3-0) el encuentro de ida y boicoteó un partido de vuelta que jamás llegó a jugarse.
El Camp Nou mostraba una postal atípica aquel 26 de abril del 2000, con apenas unos cuantos millares de aficionados tratando de vestir su desnudas gradas. Más atraídos por el ruido que por el fútbol, todo sea dicho. Allí aterrizó un Atlético de Madrid cuya mentalidad residía en dar por válido el 3-0 de la ida y sellar ante el Barça el billete a la final sin mayores agobios. La fecha del partido fue el motivo.
Encuadrado en una ventana reservada para el parón de selecciones, el conjunto catalán fue víctima de un éxodo foráneo. Fueron los casos de Rivaldo, Litmanen, Zenden, Cocu, Bogarde, Kluivert, Reiziger, Frank de Boer y Luis Figo. Ninguno de los nueve jugadores convocados con sus selecciones se quedó finalmente en Barcelona, cumpliendo el horario exigido por la FIFA para incorporarse a sus respectivas concentraciones con 48 horas de antelación a la disputa del encuentro con su selección.
Los seis holandeses citados por Frank Rijkaard para el amistoso frente a Escocia entrenaron esa tarde en su país. El portugués Figo se marchó la mañana del partido de Copa para enfrentarse a Italia, Rivaldo se encontraba en Brasil y el finlandés Jari Litmanen acudió el mismo día del partido de Copa a la concentración de su selección.
Además, contaba con tres lesionados y las normas de la Federación impedían alinear a más de tres integrantes del filial. Por ello el Barcelona se negaba a jugar. La directiva culé tomó, de manera conjunto con su entrenador Van Gaal, la decisión de no presentarse. La Federación había avisado de sanciones duras. La contienda se convirtió en un pulso entre Núñez, presidente azulgrana, y Villa, máximo dirigente de la Federación Española de Fútbol.
Entonces el reloj señaló el inicio del partido y ahí se plantaron únicamente diez jugador azulgranas vestidos de corto. Guardiola, Hesp, Xavi, Puyol, Sergi, Gabri, Déhu, Simao, Dani y Abelardo, en la línea de banda sin saltar al césped. Mientras que los del Atlético formaban dentro del terreno de juego. Fue en ese momento cuando Pep Guardiola se acercó a conversar con Díaz Vega y el diálogo confirmó un esperpento.
El del Barcelona, que se negó a jugar y dio plantón a la Copa del Rey. Los futbolistas azulgranas se marcharon al vestuario y los rojiblancos se convirtieron en finalistas. Además, según el Atlético de Madrid, el club catalán debía cubrir los gastos de viaje y alojamiento de la expedición rojiblanca que llegó el día previo a Barcelona para disputar el encuentro.
La entidad culé arremetió contra el organismo español. «El Barcelona no puede acceder a que sus jugadores disputen el partido, porque entiende que su convocatoria es nula de pleno derecho. Vulnera los derechos deportivos, sociales y económicos del Barcelona. No puede asumir la responsabilidad de participar, ya que hubiera sido una farsa. No puede sumarse a una decisión federativa que entraña la adulteración, desvalorización y desprestigio de una competición oficial», rezaba el comunicado azulgrana aquella noche.
El Barcelona fue sancionado con la expulsión de aquella edición de la Copa y la suspensión para la siguiente, aunque finalmente fue amnistiado tras la reelección de Villar como presidente de la Federación. Un cuarto de siglo después, vuelven a enfrentarse Barça y Atlético en unas semifinales de Copa del Rey que esta vez sí se disputarán de manera completa.