Cristiano es víctima de la teoría del ketchup
«Ruud me dijo que los goles son como el ketchup: a veces no salen por mucho que lo intentes y luego vienen todos de golpe», aseguró Gonzalo Higuaín en su etapa en el Real Madrid. Una teoría que mantenía uno de los mejores goleadores de la historia del fútbol como fue Ruud van Nistelrooy y que se apropió el propio Cristiano Ronaldo en el Mundial de 2010 cuando los goles no llegaban par ayudar a la selección lusa.
El de Madeira pronunció unas palabras muy parecidas a las del Pipita: «Los goles son como los botes de ketchup, golpeas y golpeas, no sale nada, pero cuando lo haces bien viene todo de golpe». Posiblemente, como al delantero argentino, también se la contaría el holandés.
Pues Cristiano Ronaldo está siendo en estos momentos víctima de una teoría que todos los delanteros sufren en algún momento de su vida. Es cierto que al luso le sucede menos que a los demás y cuando se le ven fallar goles cantados como los de el pasado domingo ante el Athletic todas las alarmas se activan. Pero dudar en Ronaldo es un error que muchos acostumbran a hacer. El portugués siempre vuelve y más pronto que tarde volverá a ser esa pesadilla que siempre ha sido para los porteros rivales.
CR7 está en la etapa de «no sale nada» de esa teoría del ketchup que implantó Van Nistelrooy en el vestuario blanco. Por mucho que le intente no la va a meter. Falla solo ante el portero, le cuesta definir ocasiones que antes transformaba con una facilidad impropia o no llega a rematar los balones de cabeza.
El portugués está en un momento de bloqueo que vio la luz con la selección, haciendo cinco goles en dos partidos, pero todo se volvió a torcer en su vuelta a Madrid. Su único gol fue ante Betis, para cerrar el set ante los verdiblancos. Ese día CR7 también perdonó y perdonó hasta que apretó para que la salsa saliese, aunque no fluyó. Frente al Legia Varsovia y ante el Athletic no pudo hacer lo que más le gusta, celebrar goles.
A pesar de este momento Cristiano nunca se rinde. Zidane aseguró en rueda de prensa que si «Cristiano no marca hoy, lo hará mañana». Todos confían en el mejor jugador del mundo y pronto apretará bien el bote de ketchup para que el tomate manche las redes de los porteros rivales.