Cristiano Ronaldo se esfuma igual que todo el Manchester United
Cristiano Ronaldo ha vivido una noche para olvidar frente al Atlético de Madrid, en línea con la mala actuación general de todo el Manchester United. El portugués, que venía de un triplete en su última actuación, no logró desbordar ni una vez a la defensa colchonera y su único disparo a puerta fue una chilena que no cogió fuerza y acabó mansamente en las manos de Jan Oblak. El máximo goleador en la historia de la Champions ya no podrá aumentar su plusmarca esta temporada.
Empezó el partido con muchas ganas. En la primera jugada del partido cogió la pelota y le dio cinco toques seguidos sin dejarla caer al césped mientras recorría la banda izquierda. Con esa acción provocó los primeros aplausos de Old Trafford y de una afición deseosa de vivir otra noche mágica en Champions de su ídolo.
En el minuto 6, volvió a internarse por la izquierda y a provocar un córner ante la entrada de Savic. Con el paso de los minutos se fue moviendo por todo el frente de ataque y enseguida se cambió a la banda derecha, buscando algún hueco por el que penetrar a la férrea defensa colchonera. En el ecuador de la primera mitad se posición como ariete puro buscando alguna oportunidad de remate que no llegaba.
En el minuto 37, el portugués se llevó su segunda ovación de la hinchada inglesas, en esta ocasión por una acción defensiva, una segada con la que cortó una penetración por banda de Griezmann. Justo antes del descanso, y con el Atlético ya por delante, Oblak le quitó de la misma cabeza un posible remate franco.
Una chilena y desesperación
Empezó la segunda parte bajando a recibir a la medular y mostrando sus primeros gestos de desesperación. Levantaba los brazos y señalaba a sus compañeros donde enviar la pelota, pero con poco éxito. Tres veces seguidas recibió la pelota, intentó desbordar y la acabó perdiendo porque apareció un rival vestido de azul para cortarle el pase.
En el minuto 65, se las tuvo tiesas con Savic antes del lanzamiento de una falta, obligando al árbitro a pedir paz entra ambos, y esa misma jugada protagonizó el colmo de la mala suerte al chocar su cabeza con la de su compañero Maguire. En la siguiente falta lateral Oblak volvió a privarle del ansiado remate. El esloveno le recriminó que había dejado la pierna, pero no fue a mayores.
Su esperada oportunidad llegó en el minuto 76. Oblak desvió un cabezazo de Varane y el balón rechazado llegó a dominios de Cristiano, que intentó una chilena en posición escorada sin dejar botar el balón. El intento salió flojo y a las manos del portero esloveno, que tuvo tiempo para volver a ponerse de pie. En la recta final del partido apenas tuvo contacto con la pelota y mucho menos una ocasión para buscar la prórroga. Se fue eliminado y cabizabajo.