El contundente recurso de Luis Rubiales al TAD: «La gente coherente sabe que esto es un linchamiento»
El ex presidente denuncia ser víctima de "una teatralización bestial, una demagogia brutal y un linchamiento"
El TAD propuso una inhabilitación de tres años por su beso a Jenni Hermoso y su gesto grosero en el palco
Luis Rubiales ha elevado un contundente recurso ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) para defenderse de la inhibilitación de tres años propuesta por el estamento por su beso no consentido a Jenni Hermoso y sus tocamientos en la entrepierna tras la final del Mundial femenino. OKDIARIO ha tenido acceso a este escrito donde el ex presidente de la RFEF pide que su castigo no pase de un apercibimiento porque su sanción es «extremadamente injusta y desproporcionada». Se trata del mismo periodo de inhabilitación que le impuso antes la FIFA.
«La inmensa mayoría de la gente en la calle (la gente coherente), sabe que aquí ha habido una teatralización bestial, una demagogia brutal y un linchamiento por varios factores. Uno, que cometí un error. Dos, que iban a por mí desde hace tiempo. Tres, que le vino muy bien a algún sector radicalizado de la política española. Cuatro, que este asunto constituía, sin duda, un filón mediático», denuncia Rubiales en su petición.
El TAD propuso un castigo para Rubiales dividido en dos partes: un año y medio por el beso a Jenni Hermoso; y otro año y medio por el gesto llevándose las manos a los genitales que el entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol realizó aquel día en el palco del Estadio de Australia en Sidney.
«Las concretas sanciones propuestas no se corresponden con lo razonado en el resto del texto de la propuesta de resolución, sino que aparecen desconectadas del mismo, proyectando una petición arbitraria e injustificada. Es decir, no existe justificación suficiente y razonable de porqué se fija en ese plazo o porqué se elige esa concreta clase de sanción y no otra. Con la fundamentación de la propuesta podría haberse concluido de la misma forma que la sanción debía ser de apercibimiento, de multa o de inhabilitación de tres o de seis meses. De hecho, la propuesta concreta obedece a la mera voluntad o voluntarismo del instructor», lamenta Rubiales.
Por ello, solicita que se proceda al archivo del expediente o que «en el caso de que se decida proponer sanción, está sea de apercibimiento», según se lee en el escrito de alegaciones que Rubiales ha presentado este lunes a las 10 de la mañana ante el TAD y al que OKDIARIO ha tenido acceso.
Rubiales y Hermoso
«El expediente de que soy objeto lleva el número 155. En la vida hay coincidencias caprichosas. Es evidente que no se pueden hacer paralelismos entre mis caso y la significancia y relevancia política que ha tenido hace unos años ese número, el 155. Pero sí viene a cuento la mención al número de expediente en el sentido de que vivimos en un Estado de Derecho, y no es razonable torcer la interpretación legal para tratar de amparar una sanción extremadamente injusta y desproporcionada. Tengo la sensación de que esto es lo que se está haciendo conmigo. Hay cosas que merecen el máximo respeto, que son muy serias, y se debe ser altamente riguroso en su tratamiento», expone.
En este sentido, Rubiales subraya que, a la hora de analizar su caso, muchos han cambiado de la opinión privada a la pública», mientras que «otros callan, que es más seguro». «También están los que han modificado su versión, ellos sabrán por qué. Algunos han querido utilizarme espuriamente para criminalizar un acto de alegría y celebración, mutuo y consentido», agrega, antes de poner un ejemplo al respecto.
«En el avión (de vuelta de Australia) viajaban tres políticos de distinto signo. Los tres en la aeronave me dijeron, literalmente, insisto, literalmente, que el beso era producto de la celebración y que era –perdón por la palabra- ‘una gilipollez’. Días después, solo uno se mantuvo en su posición, los otros dos cambiaron drásticamente su postura. Hoy en día, algunos tienen licencia para CAMBIAR de opinión y otros, en cambio, somos linchados sin piedad por lo que TODOS, incluidos los que ahora se echan las manos a la cabeza, pensaban que aquello era una gilipollez (y lo siguen pensando pero su imagen o su puesto depende de defender lo contrario). Estamos seguros de que algo semejante no ocurrirá con los ilustres miembros de este Tribunal», reflexiona.
El beso de Rubiales
En su recurso, el ex mandatario también se refiere expresamente a cada una de las conductas sancionadas. En cuanto al beso a Jenni Hermoso, vuelve a decir que «fue un gesto mutuo y espontáneo por la alegría inmensa tras ganar un Mundial hacía apenas unos instantes». «Se trata de un gesto de cariño y afecto ante una jugadora que había fallado unos minutos antes un penalti. Nos damos un abrazo mutuo y le pregunto. Ella accede. A continuación, viene el pico. Ni más, ni menos. En mis anteriores alegaciones, a las que me remito, ya relaté extensamente lo que ocurrió», resume.
«No tuvo, tampoco, incidencia alguna en el acontecimiento deportivo. Fue realizado al margen de las actividades y competiciones deportivas, por lo que no puede caer en el ámbito de aplicación del régimen sancionador deportivo, REPITO: USTEDES NO PUEDEN SANCIONAR CON LA LEY EN LA MANO esta conducta. Y en ningún caso puede considerarse como machista, ya que los ejemplos que proporcioné con mis alegaciones hacían referencia también a picos entre hombres», añade sobre el tema.
En cuanto a su tocamiento de genitales en el palco del estadio, argumenta que «el gesto no iba contra nadie». «Solo era un reconocimiento al entrenador que acababa de ganar el campeonato del mundo y, por lo tanto, no podía ir en contra de la dignidad y el decoro deportivo. No digo que sea el más fino y educado, pero desde luego no es una infracción contra la dignidad y decoro deportivo merecedora de la sanción que se propone. Un apercibimiento, a lo sumo, puede resultar admisible y justo. Una inhabilitación no lo es», defiende.
«Por otra parte, el instructor lo considera inadecuada e injustificadamente como un gesto machista. Esa valoración personal resulta inadmisible. La cita de la entrepierna puede ser para cualquiera de los sexos. Olé tus huevos para hombres. Olé tus ovarios para mujeres. Si se trata de gónadas, debe estarse a las gónadas de ambos sexos. Y yo me he referido a los ovarios que tienen nuestras jugadoras en alguna ocasión para elevar la moral del equipo. O sea, nada de machismo, que sólo parece estar en la mente del instructor. De nuevo la demagogia y los complejos y la confusión a la que determinados sectores están llevando el concepto de lo que es políticamente correcto o no, lo que es machista o no», sentencia.
Además, Rubiales recuerda la progresión que experimentó el fútbol femenino durante su etapa al frente de la Federación Española. «Cuando llegué a la presidencia, el presupuesto del fútbol femenino era de 2,7 millones de euros. A mi salida, se había multiplicado por 10, hasta los 27 millones de euros. Esto son hechos, no palabras. Nunca hubo antes mujeres vicepresidentas, hechos. Nunca hubo más directoras departamentales, hechos. Donde antes sí, conmigo jamás hubo brecha salarial alguna, hechos. Los campeonatos de España de chicos y chicas celebrados a la vez en una misma sede, hechos. Hechos, hechos, hechos….», enumera.
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