La carta más dura de Iglesias Villanueva: «Me he equivocado y pido perdón al Cádiz»
Ignacio Iglesias Villanueva se pronuncia en una carta abierta tras la polémica del Cádiz-Elche que le ha mandado a la nevera
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Ignacio Iglesias Villanueva ha reconocido el error que cometió en el Cádiz-Elche en una carta abierta. El árbitro de VAR se ha pronunciado después de conceder el gol de Ponce que provocó el empate ilicitano, cuando el delantero estaba en claro fuera de juego. Ante el revuelo y las críticas ha dado la cara para entonar unas disculpas en particular al Cádiz y a su afición. El de Pontedeume admite el fallo y que su error haya perjudicado directamente al club amarillo, así como que pueda afectar a la credibilidad del colectivo arbitral.
Por primera vez, Iglesias Villanueva da la cara tras un fallo, a pesar de que, como reconoce, «no soy partidario de que los árbitros hablemos de jugadas o expliquemos nuestros errores». En esta ocasión, debido a la repercusión que ha tenido la jugada, se ha visto obligado a salir a pedir disculpas. En su carta señala sentir «enfado, cabreo, dolor y contrariedad conmigo mismo por el error».
Lamenta también que por el fuera de juego no señalado se cuestione «el trabajo que desarrolla el CTA» y que «la honestidad y la independencia de los árbitros y sus decisiones» sea puesta en el punto de mira, puesto que señala que nunca en su carrera ha recibido «la más mínima insinuación o injerencia». El ex árbitro señala además que «su único interés es mejorar y tratar de hacer bien mi trabajo».
Por el momento, Iglesias Villanueva ha sido apartado de sus labores al frente del VAR. Tanto él, como Isidro Díaz de Mera Escuderos, que fue su asistente en la Sala VOR para el Cádiz-Elche, han sido relevados por el CTA de sus funciones para los próximos encuentros. Debido al escándalo producido con el fallo, Medina Cantalejo, presidente de los árbitros, ha decidido castigarles de forma ejemplar, por lo que estarán un tiempo apartados.
Carta íntegra
«Tras lo ocurrido en el partido Cádiz-Elche de la jornada 17 de Liga de Primera División y la posterior avalancha de comentarios, críticas y elucubraciones vertidas sobre este tema, he sentido la necesidad, con el respaldo del CTA, de redactar este escrito para expresar mi sentir. Es sencillo y difícil a la vez pronunciar estas palabras, al igual que obvio y doloroso: me he equivocado.
No me apetece utilizar un discurso autómata y manido para decir cosas del tipo: todos nos equivocamos, los jugadores también fallan, los entrenadores… Prefiero escribir desde la sinceridad absoluta de lo que siento y sin caer en el victimismo ya que es algo que detesto.
Y lo que siento es enfado, cabreo, dolor y contrariedad conmigo mismo por el error cometido. Siento, asimismo, que un error sirva para empañar y criticar duramente el trabajo que desarrolla el CTA y todos mis compañeros árbitros donde la profesionalidad, la honestidad, la exigencia y la autocrítica es la única manera de entender nuestra profesión.
Siento que una mala decisión mía haya perjudicado al Cádiz CF y pido disculpas por ello a la entidad y su afición donde siempre me han tratado con mucho respeto.
Siento que se cuestione cada fin de semana, casi ya de manera diaria, la honestidad y la independencia de los árbitros y sus decisiones. Desde que me dedico a esta profesión jamás he recibido la más mínima insinuación o injerencia de ningún tipo en este sentido. Poner en duda esto último genera un clima de desconfianza y de crispación imposible para el desarrollo de nuestro trabajo que creo que no se merece nadie en el fútbol español.
Y siento y no entiendo que se haya utilizado esta jugada para hablar y criticar otras cuestiones relacionadas con la RFEF que nada tienen que ver con el error cometido y que a mí sinceramente se me escapan. Me dedico al arbitraje y mi único interés es mejorar y tratar de hacer bien mi trabajo como cualquier trabajador de cualquier empresa.
Soy deportista y acepto cuando fallo y en este caso el error ha sido mío, de nadie más. El CTA nos facilita los medios necesarios para que desarrollemos nuestro trabajo de la mejor manera posible y nosotros tenemos que tomar decisiones. Me equivoqué, no hay más lectura que esa.
Por último, no soy partidario de que los árbitros hablemos de jugadas o expliquemos nuestros errores, pero seguramente por la excepcionalidad de la situación, los aficionados y el fútbol esta vez lo merecían. Quien más ha perdido en esta historia soy yo, pero, reitero, nadie puede poner en tela de juicio la honestidad de los árbitros españoles ni la mía después de tantos años de implicación y profesionalidad».