Bartomeu y su Junta Directiva presentan su dimisión
Josep María Bartomeu ha dejado de ser presidente del Barcelona tras seis años. El mandatario azulgrana y toda su Junta Directiva han decidido actuar de esta forma para evitar que tenga lugar este fin de semana la celebración del voto de censura que comprometía a los socios a reunirse en diversos puntos de Cataluña para juzgar la gestión del dirigente culé.
Finalmente, Bartomeu se ha visto obligado a abandonar la presidencia después de que la Generalitat diese este martes luz verde a que se pudiese votar la moción de censura durante el fin de semana, en pleno Estado de Alarma y con el Gobierno estudiando un confinamiento domiciliario. El presidente y su Junta Directiva habían peleado para que esta votación no pudiese celebrarse por la situación sanitaria con diversas cartas que no han tenido efecto. Su postura era que la votación debía celebrarse, pero no en esta fechas por la delicada situación sanitaria de Cataluña. Hay que recordar que más de la mitad de socios culés con derecho a voto tienen más de 60 años.
A partir de ahora una Junta Gestora que presidirá Carles Tusquets barça se hará cargo del club hasta la convocatoria de elecciones. El plazo para la celebración de las mismas va de 40 a tres meses pudiendo celebrarse en último lugar en el mes de enero. Todavía se desconocen los candidatos oficiales, pero Jordi Farré –el impulsor de la moción–, Víctor Font y Joan Laporta parecen alternativas seguras a intentar conseguir el sillón de presidente.
Bartomeu ha tomado esta decisión para evitar ser el primer presidente de la historia del club azulgrana que es expulsado por los socios. Además, el dirigente y sus allegados defienden que han tenido que hacer un ejercicio de responsabilidad ante una situación compleja porque se podía haber contagiado muchas personas de haberse celebrado la votación.
El empresario, que sustituyó a Sandro Rosell al frente del club azulgrana, se marcha con 14 títulos en su palmarés, aunque con muy malas sensaciones en los últimos años acrecentadas por una política deportiva nefasta, malas relaciones con estrellas como Messi o Piqué y promesas incumplidas como el Espai Barça.