El Atlético vuelve a derrotar al Espanyol en el minuto 99
Un gol de penalti de Carrasco en la última jugada del partido le da al equipo tres puntos de oro
En la primera vuelta ya había ganado en Cornellà con un gol de Lemar en el minuto 98
Figueroa Vázquez había expulsado a Kondogbia de manera injustificada en el minuto 71
El árbitro y el VAR se inhibieron ante un pisotón de Sergi Gómez a Joao en el área rojiblanca
Nueva lesión muscular del francés Lemar, que podría haberle dicho adiós a la temporada
En la primera vuelta al Atlético ganó en Cornellà con un gol de Lemar en el minuto 98. Hoy ha rizado el rizo sumando los tres puntos en el 99 con un gol de penalti de Carrasco tras un partido que había estropeado el árbitro tras una expulsión absolutamente injustificada de Kondogbia que Figueroa Vázquez se negó ni siquiera a revisar en el monitor. Ya en la primera parte tanto el VAR como él se habían inhibido de un pisotón claro de Sergi Gómez a Joao en el área. Con uno menos el Atlético no perdió la fe y la recompensa llegó en la última jugada del encuentro, cuando el empate parecía definitivo.
Desangelado y sin alma, el Atlético de la primera parte fue una caricatura de sí mismo. El Espanyol le defendió sin ninguna dificultad y encima se encontró con la complicidad de Figueroa Vázquez y del VAR, que miraron hacia otro lado en un evidente pisotón de Sergi Gómez a Joao dentro del área. La jugada fue absurda, pero punible, porque el central catalán impactó contra el pie del portugués y le dejó tendido en el suelo. Una más en una temporada en la que está claro que el equipo no tiene suerte con los árbitros.
Un error defensivo provocó a los seis minutos un justificado enfado de Oblak, que tuvo que intervenir ante un cabezazo de Cabrera después de un saque de esquina. El central uruguayo remató ante la indolencia de Vrsaljko, que no le marcó con contundencia en el que sería, con el tiempo, el único disparo entre los tres palos de una primera parte para olvidar, y en la que quedó claro que no se había superado todavía la resaca de la eliminatoria de Champions ante el City.
Carente de ideas y de chispa, no encontró el Atlético el modo de romper la defensa de un Espanyol que, sin apenas presión clasificatoria, disfrutó de un primer tiempo muy cómodo sin que Diego López fuera exigido ni una sola vez. El mejor argumento rojiblanco llegó a los 35 minutos en un pase largo de Kondogbia que recogió Joao, pero tras pisar el área situó muy mal el cuerpo y su remate se fue altísimo. El portugués fue quizás el más entonado en el ataque rojiblanco, en el que se echó una vez más de menos una referencia válida. Correa estuvo desaparecido, Llorente no se fue ni una sola vez con peligro y Lemar no sólo volvió a ser intrascendente, sino que acabó la tarde entre sollozos cuando en un control, ya en el tiempo de descuento, se arrojó al suelo quejándose de los isquios. Nueva lesión del francés, que no sale de una y entra en otra.
Carrasco, Griezmann y Cunha aparecieron tras el descanso para cambiar una dinámica que no podía ser peor y en el primer minuto el brasileño ya remató por primera vez entre los tres palos obligando a intervenir a Diego López. La jugada se anuló por fuera de juego, pero fue una primera advertencia al Espanyol de que el panorama iba a cambiar. Y de qué manera.
En un minuto el Atlético pasó de ver de cerca el infierno a tocar el cielo con las manos. A los 50 Aleix Vidal habilitó a Sergi Darder, cuyo disparo en el área a bocajarro se encontró con la espectacular respuesta de Oblak, que evitó el gol con un paradón descomunal que permitió que continuara la jugada con un contragolpe conducido por Griezmann que culminó con un pase a Cunha y éste a Carrasco, que tras amagar en el área a Calero soltó un disparo que, tras tocar Diego López, acabó en el fondo de la red. Del 0-1 al 1-0 sin solución de continuidad.
Simeone reaccionó de inmediato dando entrada a Reinildo y volviendo a la línea de cinco para proteger un resultado que valía su precio en oro. Todo parecía bien encaminado, pero Figueroa Vázquez tenía que dejar su impronta expulsado por doble amarilla a Kondogbia en una jugada en la que al centroafricano el balón le rebotó en la mano. El árbitro se negó a revisar la acción en el monitor y se mantuvo firme en una falta que no sólo significó dejar con diez al Atlético, sino que acabó traduciéndose en el gol del empate porque el saque de falta de RDT se encontró con una deficiente respuesta de Oblak, que ensució con su error una tarde que estaba siendo magistral.
El Atlético tiró de corazón pese a estar en inferioridad numérica, y cuando todo parecía perdido le llegó la recompensa. Carrasco cazó un pase largo, se fue de Aleix Vidal y obligó a Diego López a mandar el balón a córner en el minuto 98, y en el saque de esquina un cabezazo de Griezmann tropezó en el codo de RDT en el área. Tras un largo suspense Figueroa Vázquez sí que fue esta vez al monitor y acabó señalando un penalti que transformó el propio Carrasco en un 2-1 fundamental para las aspiraciones rojiblancas de no caer de posiciones Champions.