Araújo salva del despido a Koeman

El Barcelona lo volvió a hacer. Segundo partido consecutivo que pincha. Hace unos días la excusa fue que el rival era el Bayern de Múnich, pero ante el Granada, un adversario a priori inferior que los germanos, los azulgranas han demostrado que las cosas en Can Barça están peor de lo que parece. Ronald Araújo tuvo que asistir en el 90′ al rescate de un Ronald Koeman que ya se veía yendo al despacho de Laporta a firmar su finiquito. Domingos Duarte, con un gol tempranero en el minuto 1, había adelantado a los suyos.

Llegó el lunes, llegó el partido posterior a la goleada encajada frente al Bayern de Múnich, llegó el día en el que Ronald Koeman se sometía a juicio. El técnico holandés se la jugaba contra el Granada y con nerviosismo, porque rememorando el curso pasado, el cuadro nazarí fue capaz de llevarse los tres puntos del Camp Nou. La gran ventaja, a priori, para el ex seleccionador de la Oranje, era que el equipo que tenía delante era el de Robert Moreno y no el de Diego Martínez, pero los del sur sacaron casta y compromiso y por lo menos pudieron rascar un punto.

Para tratar de asegurar su continuidad en el banquillo del Barça Ronald Koeman tuvo que confeccionar un once marcado por las lesiones y rotaciones. Ter Stegen defendía el arco y por delante una defensa de cuatro futbolistas en la que Dest y Balde aparecían en los laterales y Eric y Araújo, como centrales. Descansaba Piqué. En la medular, Busquets, Frenkie de Jong y Sergi Roberto. Y como delanteros, Demir, Coutinho y Memphis. Dos jóvenes entraban en el once y un recuperado Coutinho también volvía a jugar de inicio casi un año después.

No había terminado de entrar la gente en el Camp Nou cuando Domingos Duarte se iba al córner a celebrar el primero de la noche. Llegó tras un córner en el que Escudero colgó el balón y el defensa del Granada le ganó la partida a De Jong y aprovechó la salida en falso de Ter Stegen. Cabezazo y para dentro. El marcador apenas señalaba el 1:30 de juego. Qué carita se le quedó a Ronald Koeman, que no se creía lo que estaba viendo.

Un Barcelona dormido

Tardó 40 minutos en despertar el Barça, pero vamos por partes. El Granada de Robert Moreno decidió encerrarse tras el gol, regalar el cuero al adversario y tratar de aprovechar algún contragolpe. En esas contras pudo hacer daño el conjunto nazarí, sobre todo por su banda derecha donde Darwin Machís volvía loco a Sergiño Dest. Los hombres de Koeman no encontraban la forma de acercarse a la portería granadina, mientras que lo andaluces sí lo hacían.

Un centro de Machís a punto estuvo de transformarlo el veterano Jorge Molina. El ariete le ganó el salto a Araújo pero el balón se fue por encima del larguero. Minutos después el balón se chocaría el cuero en el palo, pero en el otro área con un disparo colocadito de Sergi Roberto, que fue un espejismo. Ni Memphis, el único capaz de darle algo de ritmo al ataque culé era bastante para contagiar al resto de sus compañeros de su entusiasmo. Lo más peligroso del holandés en la primera mitad, un manotazo a Quini con el que le quitó la lentilla. El lateral acabó encontrándola en el césped y se la volvió a meter en el ojo a palo seco.

Hablando de sucesos, Yan Eteki, que estaba mostrando con gran despliegue físico tuvo que abandonar el campo lesionado, como también Alejandro Balde, con molestias lumbares, casi al descanso. Y en esos momentos fue cuando espabiló el Barcelona con varios cabezazos. El primero de Araújo obligó a Maximiano a hacer una estirada impresionante. El segundo, del uruguayo también, se fue lamiendo el palo. El tercero, de Mingueza -que había entrado por Balde-, tampoco acabó en gol.

Reacción tras el descanso

Se llegó al intermedio y al regreso volvieron todos salvo Sergi Roberto, que dejó su lugar a un Luuk de Jong que intentaría cazar alguna pelota por alto. El Barcelona ahora sí estaba arrasando y al Granada le tocaba sufrir. Araújo, otra vez de cabeza, Memphis con un intento de chilena y una volea, o un balón colgado que no encontraron rematador empezaban a inquietar al cuadro andaluz. A la hora de juego abandonó el verde Coutinho y le tocó a otro joven, Gavi, para tratar de igualar la contienda. Hablando de juventud, ojo con la edad media de la defensa y del equipo culé.

Seguía apretando el Barcelona y el Granada resistía como podía. A los hombres de Koeman les daba igual colgar balones o intentar encontrar algún hueco. Memphis era quien más peligro generaba, pero ahí estaba el muro que había plantado Robert Moreno. Era una misión imposible. Y para tratar de desatascarla, como Tom Cruise en las películas, entraron Riqui Puig y Gerard Piqué. Un guion totalmente hollywoodense. Saltaba al campo un jugador como el joven que no es del gusto de Koeman…y en el caso del central lo hacía para ponerse en punta.

Restaban 10 minutos de partido y Luuk de Jong, en prácticamente la primera que tuvo hizo lo más difícil: mandar por encima de la madera un testarazo a bocajarro. Tampoco estuvo acertado Araújo instantes después con un cabezazo que fue directo a las manos de Maximiano. Ya casi al final el uruguayo reclamó un penalti que acabó en trifulca y sin pena máxima. Se fue muy cabreado el zaguero charrúa y se despojó de todo eso que tenía dentro un minuto después con otro cabezazo que esta vez sí entró en la portería.

Seis minutos se añadieron al partido y el Barcelona fue con todo, pero el gol no llegó. Eso sí, 45 minutos buenos fueron suficientes para igualar un partido que se le había puesto cuesta arriba tras una mala primera mitad. Araújo llegó para rescatar a Ronald Koeman, que vuelve a quedar más debilitado si cabe y los próximos partidos serán cruciales para conocer cuál es el desenlace del holandés.