Aquí mandan los Sergios

No se alarmen si dentro de unos meses el nombre de muchos recién nacidos es el de Sergio. El madridismo vive un idilio con ese nombre y con dos deportistas que representan los valores de la entidad: Ramos y Llull. Ambos se han convertido en los máximos exponentes del club por su amor incondicional a los colores, porque su espíritu nunca se rinde y porque siempre aparecen en los momentos decisivos.

No es de extrañar que los aficionados al fútbol identifiquen a Llull como el Ramos del baloncesto y viceversa. Los dos se han ganado el cariño incondicional de una afición que les quieren tal y como son porque su imagen es el del madridismo tradicional, el del amor a unos colores y unos valores sin nada artificial.

A Llull le han venido a secuestrar desde Houston Rockets, una de las franquicias punteras de la NBA. Le han ofrecido más dinero, la oportunidad de jugar en la liga más prestigiosa del mundo y el cohete del logo del equipo si lo hubiese pedido. Su respuesta siempre ha sido un NO rotundo. Porque Sergio viste cada fin de semana la camiseta de sus sueños. No necesita nada más.

Algo parecido ocurrió en su momento con un Sergio Ramos que siempre se encargó de dejar claro que no saldría del Real Madrid. Vinieron del Manchester United, del AC Milan y otros cuantos grandes más con ofertas tentadoras. El capitán del equipo blanco siempre se ha mantenido firme en sus convicciones blancas defendiéndolas ante la afición del Sevilla y hasta costándole algún que otro disgusto.

¿Por qué mandan los Sergios?

Muchos pensarán en el chauvinismo de que son españoles para encumbrar a estos dos deportistas, pero nada más lejos de la realidad. La habilidad de ambos para aparecer en los momentos calientes y dar títulos queda demostrada con mayor asiduidad de la que querrían los aficionados rivales, que los temen como la peor de las plagas.

Con Ramos vino la Décima y la Undécima, los dos títulos más importantes que el madridismo ha disfrutado en la presente década. Los goles del camero en esas citas podrían servirle como aval para haberse relajado, pero si esta temporada el Real Madrid está con sus opciones intactas tanto en Liga como en Champions son por sus increíbles apariciones. 

El paralelismo con Llull se refleja en los múltiples MVP’s que le contemplan en todas las competiciones en las que el Real Madrid ha acabado como campeón. Aunque si por algo destaca el menorquín es por anotar la canasta más importante sin dejar margen al rival. En Valencia y en Barcelona pueden dar fe de ello en estos últimos años.

El madridismo puede estar contento por contar con dos deportistas que representan tan bien el espíritu triunfal de una entidad que siempre ha vivido bajo la exigencia del éxito inmediato. Entre Ramos y Llull suman 28 títulos para el Real Madrid en la última década. No son pocas alegrías en un tiempo en el que el Barcelona ha amenazado la hegemonía blanca en todas las categorías. Por eso son tan importantes los Sergios, porque su referencia y su legado dejarán muchos más títulos en las vitrinas del Real Madrid en el futuro. Y por este motivo son amados por todos los madridistas y temidos por el resto. La bendición de llamarse Sergio.