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Alberto Moreno y el sueño de los universitarios españoles en la NCAA

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Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Hubo un tiempo que jugar en el baloncesto universitario estadounidense (NCAA) garantizaba un contrato en la Liga ACB a los jugadores españoles que terminaban allí su formación. Rodrigo de la Fuente o Rafa Vidaurreta fueron algunos de los casos exitosos que a finales de los 90 regresaron a la competición española convirtiéndose en jugadores relevantes.

Curiosamente, la internacionalización del baloncesto en Estados Unidos ha permitido que muchos jugadores españoles puedan migrar en busca de una oportunidad en la NCAA, pero se ha producido una sequía de 16 años sin que ninguno sea capaz de fichar por un equipo ACB. Sebas Saiz y Rubén Guerrero, dos gigantes en la pintura y campeones europeos con la selección, han roto esa regla en el último año y medio, abriendo la puerta a que muchos otros sueñan con volver de América y besar el santo.

Pese estos ejemplos recientes, el regreso a España asemeja una misión imposible. Existe un apagón real en cuanto a lo que sabemos de los españoles que se encuentran en la NCAA y eso que actualmente contamos con unas redes sociales que deberían facilitarlo todo. OKDIARIO ha podido comprobarlo hablando con Alberto Moreno, un joven canario que persigue su sueño de finalizar sus estudios universitarios en Estados Unidos y el año que viene –temporada 2020/21– regresar para bregar en nuestro país al más alto nivel.

Juega en Texas A&M University Commerce, una universidad que disputa la competitiva Lone Star Conference y él lo tiene claro. «Hoy en día sin un mixtape (una cinta de jugadas destacadas) no eres nadie», afirma. Su historia es el sueño americano vivido por un niño que nunca ha renunciado a ser válido en los estudios y las canchas. «Fui a EE UU hace seis años, estuve tres años en la Universidad de Tampa y este año terminaré mi carrera en Texas. Aquí tienes que elegir entre baloncesto o estudios, puedes compaginar las dos cosas y dedicarte al 100% a cada una y por eso estoy aquí», comenta.

Ver de cerca a Alberto Moreno impresiona. No es el típico base flaco que marcan los cánones españoles, es más bien un tanque indestructible. «El baloncesto aquí es más atlético, más de uno contra uno…», dice explicando entre líneas que tener el balón en tus manos a veces se convierte en una misión imposible. «Los jugadores tienen un físico tremendo y a mí no me quedó más remedio que desarrollarme como ellos o me comían», añade.

No son pocos los que han contactado con Alberto Moreno en el baloncesto español e incluso jugadores de la NBA para invitarle a sus pachangas y entrenamientos estivales. Él lo aprecia al máximo, aunque también sus cualidades gustan por su peculiaridad siendo zurdo, aunque maneje el balón como un ambidiestro. «Quiero ver a qué nivel estoy y lo mejor es entrenar con jugadores superiores a los que pueda hacer muchas preguntas», asegura.

Sin embargo, Alberto sabe que vive en un apagón mediático constante por culpa quizá de una competición que no ha calado en nuestro país y que ni siquiera siguen con asiduidad en clubes y en Federación. «Mi objetivo es terminar la carrera y lo que vendrá después será bueno –su aspiración es jugar en un club del Archipiélago Canario en ACB–. Me estoy esforzando al 100% para ser mejor cada día y sé que habrá opciones», apunta. ¿Y la NBA? «Eso es imposible, es otro rollo. Me gusta mucho como jugador Goran Dragic e inspira mi juego, pero ver que jugadores que me han impactado personalmente tanto como Tacko Fall –un senegalés de 2.31m que ni entró en el último Draft– y que allí apenas tengan oportunidades te hace pensar», asevera. Es la dura realidad de los españoles en la NCAA, el lugar donde los focos están apagados.

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