El Ajax conquista Londres y sigue soñando en grande
El sueño de la Champions sigue vivo, muy vivo para el Ajax. El tapado, sensación y gran sorpresa de la presente edición de la máxima competición continental añadió Londres a su lista de conquistas y venció al Tottenham Hotspur (0-1) en un magnífico encuentro, desequilibrado en un inicio maravilloso de los pupilos de Ten Hag, que con un solitario gol de Van de Beek toman ventaja de cara a la vuelta y ponen un pie en la final de la Champions League.
Volvía la Champions en su penúltima ronda y contra todo pronóstico, Tottenham y Ajax pelearían por un puesto en la final de la máxima competición continental. El partido era para disfrutar y el gran interrogante residía en el atrevimiento de ambos equipos ante el lógico vértigo que supone estar a las puertas del partido que puede convertirte en campeón de Europa. En escasos segundos, el Ajax se encargaría de solventar las dudas con respecto a la cuestión anterior.
Con un despliegue ultraofensivo y presionante casi hasta lo kamikaze, el equipo holandés tomó el mando del juego con convicción desde el saque de centro y encerró al cuadro local en su área y con el único ánimo de despejar balones. Los pases y conducciones del Ajax dejaban sin respiración a los jugadores Spurs, absolutamente agobiados y con sentimiento inerte para solucionar las múltiples complicaciones que les ponía el rival, complicaciones que pasarían a la conversión tangible en el marcador tras un pase excelso de Hakim Ziyech que Van de Beek, con una tranquilidad absoluta, enviaba al fondo de las mallas.
Habían pasado 15 minutos y sólo existía una certeza. El Ajax no sólo no tenía ningún miedo, sino que había vuelto a convertir el jardín del vecino en su coto de caza particular en busca de la gloria en la máxima competición a nivel de clubes.
El de Erik ten Hag es un equipo hecho con unos mimbres diferentes a los de los habituales triunfadores de las grandes citas. El talento, que en el caso del Ajax resulta en ocasiones desbordante, no debe verse penalizado por ninguna limitación táctica, sino que los retoques sólo sirven para ayudar y que el atrevimiento y el desparpajo sean los que ponderen en el luminoso y decidan quién es el mejor equipo sobre el césped.
El gol de Van de Beek no provocó un mínimo paso atrás de los ajacied, que no habían terminado de celebrar el 0-1 cuando ya tenían a su central y capitán, Matthijs de Ligt, en el área contraria buscando el segundo. Más allá del jugador, llamado a marcar una época por jerarquía, juventud y condiciones, el sello del Ajax volvía a quedar en todas unas semifinales de la Champions League.
El Tottenham buscó salida por las bandas para dar espacio y alternativas a un Fernando Llorente que se las apañaba para bajar algún balón de peso que los jugones que rondaban a su alrededor pudieran tejer el ataque decisivo. Las bajas de Kane y Son se notaban en demasía a la hora de intimidar a un Ajax que tiene en Onana a uno de sus activos más valientes, pero por desgracia menos competitivos al más alto nivel. En una jugada aérea, el meta camerunés tuvo un choque fortuito con Vertonghen y Alderweireld, en los que el primero de los centrales de los Spurs salió demasiado perjudicado para continuar en el encuentro. Sus intentos heroicos de seguir luchando dieron paso a la preocupación derivada de su marcha, casi noqueado, del Tottenham Hotspur Stadium. Los seguidores ingleses vieron llegar el silencio a la espera de noticias.
En lo meramente deportivo, los últimos minutos de primera mitad y el voluminoso –por pura lógica– alargue, permitieron al Tottenham bajar las pulsaciones y contar con un par de acercamientos que daban esperanzas de cara a la segunda mitad. Lo peor parecía haber pasado, aunque el Ajax no iba a ceder una sola marcha en busca de encarrilar aún más la eliminatoria en Londres.
Despierta el Tottenham; perdona el Ajax
Necesitados de una reacción inmediata, el Tottenham salió de vestuarios revitalizado y dispuesto a comerse la segunda mitad. Con Fernando Llorente en el inesperado papel de estrella y epicentro del ataque, los de Pochettino no encontraron la efectividad en sus acciones, pero sí dejaron detalles de suma calidad y la certeza de que la competitividad ya les permitía dominar el partido ante los suyos. Onana volvía a tener miedo tras un plácido asalto inicial.
Lucas y Llorente seguían dominando el partido al más puro estilo Munitis y Zigic, pero el paso de los minutos y lo ajustado de la rotación del Tottenham provocaron que el cansancio derivara en más contras para el Ajax, revitalizado por la entrada de Mazraoui –en el centro del campo como en sus orígenes–. En una de ellas, Neres tuvo en su mano el 0-2 tras una conducción magistral del MVP Ziyech y cesión de Tadic, pero el brasileño se encontró con el palo cuando Lloris y la defensa spur ya daban por hecho el gol.
Se había salvado el Tottenham, pero más allá del juego aéreo, los pupilos de Pochettino habían dejado de llevar peligro a la meta de Onana. La incomparecencia de Eriksen en el encuentro en el que todos le esperaban no colaboró a una reacción que se limitó al orgullo de volcarse en los últimos minutos para acabar resignándose a una derrota que les deja tocados, pero no hundidos de cara a la vuelta en Amsterdam.