Tienes alquilada una plaza de garaje en un edificio con piscina: ¿Puedes utilizarla?
El hecho de tener alquilada una plaza de garaje en un edificio con piscina quizás te plantee la duda de su puedes utilizarla o no
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El hecho de tener alquilada una plaza de garaje en un edificio con piscina quizás te plantee la duda de su puedes utilizarla o no. En plena ola de calor refrescarse en una piscina puede ser un pequeño placer que quizás tengamos a nuestra disposición o podamos tener gracias a una plaza de garaje. La ley tiene muy claro qué podemos hacer y lo que no, si tenemos contratada una plaza durante todo el año, debemos tener en cuenta la letra pequeña. Si tienes alquilada una plaza de garaje con piscina, esto es lo que puedes o no hacer en ella.
Utilizar una plaza de garaje en un edificio con piscina
Una plaza de garaje en un edificio con piscina nos invita a querer utilizarla dado que entramos en el edificio y pagamos una cuota en él. Este hecho es algo que quizás nos afecte de lleno y debemos tener en cuenta. Quizás nos creamos con la plena potestad de usar la piscina, aunque quizás no sea así.
Cuando alquilamos una plaza de parquing, hacemos lo propio en solo esta parte del edificio. Es decir, pagamos los gastos que le supone al propietario ese espacio y en algunos casos le ayudamos a ganar más dinero. Es un acuerdo entre dos personas que no tiene efectos en la comunidad, aunque la persona pueda acceder al edificio.
No obstante, si tiene piscina, podríamos usarla en caso de pagar gastos de comunidad y contribuir a su mantenimiento. Cada edificio tiene sus propias reglas, por lo que quizás aprovechando el buen rollo con los vecinos podamos acceder a ella, aunque lo normal es que no sea así.
Conviene leer la letra del contrato e incluir algunas mejoras en caso de estar pagando una buena cantidad de dinero para dejar el coche en el edificio. Este tipo de contratos suelen generar cierta polémica, al dar acceso al edificio a una persona que no forma parte de la comunidad, especialmente a las zonas comunes como la piscina, pero también casi a las viviendas.
Es importante poner límites que eviten que el que alquila el garaje pueda acceder a todas estas zonas. Especialmente si es un edificio con varias zonas comunes que puedan ser objeto de debate o bien, sacarles partido subiendo el alquiler y contribuyendo a su mantenimiento, algo que sería necesario para poder usar elementos, como la piscina.
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