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Entre las plantas más asombrosas que pueblan campos y praderas del Reino Unido, existe una orquídea que, a primera vista, se confunde fácilmente con una abeja. Su aspecto está diseñado para imitar a este insecto y esta estrategia tiene un objetivo concreto y muy eficaz: atraer polinizadores mediante el engaño.
La orquídea abeja (Ophrys apifera) no alcanza grandes alturas. Suele crecer hasta 30 centímetros y forma una discreta roseta de hojas en su base. Su tallo, delgado y sin vello, sostiene una espiga con hasta 10 flores.
El detalle más llamativo está en el centro de cada flor donde hay un pétalo inferior de color marrón aterciopelado con marcas amarillas que simula el cuerpo de una abeja. Además, los sépalos rosados y otros elementos florales completan la ilusión visual.
Cómo logra engañar a los insectos esta flor
La orquídea abeja se basa en un fenómeno conocido como pseudocopulación tal y como informa Game & Wildlife Conservation Trust. La flor emite feromonas similares a las de una abeja hembra, lo que confunde al macho y lo lleva a intentar aparearse con ella. Al hacerlo, el insecto recoge el polen y lo transporta a otra flor, facilitando así la reproducción.
En regiones como el Reino Unido, la abeja específica que participaba en este proceso ya no está presente. Frente a esto, la planta ha desarrollado una solución alternativa: puede autopolinizarse, asegurando su reproducción sin depender del insecto que una vez fue esencial para su ciclo.
Dónde florece la orquídea abeja
Esta orquídea es más común de lo que muchos imaginan. Aunque prefiere suelos calcáreos y hábitats como praderas o dunas costeras, hoy puede encontrarse incluso en márgenes de carreteras, jardines urbanos o antiguos terrenos industriales. Algunas iniciativas de la población han contribuido a su expansión al permitir que crezca sin ser cortada durante el mes de mayo.
Esta flor florece entre mayo y julio, con un pico habitual en junio. Lugares como Suffolk, Hampshire o las Midlands son buenos sitios para avistarla, especialmente en áreas con suelos bien drenados y bajos en nutrientes.
Una de las mayores particularidades de esta flor es que sólo florece una vez en toda su vida. Tras germinar, puede tardar hasta 6 años en alcanzar la madurez suficiente para dar flor. Esto la convierte en una especie especialmente vulnerable a los cambios en su entorno.
Amenazas a las que se enfrenta la orquídea abeja
La pérdida de hábitats naturales, el uso de fertilizantes y la urbanización descontrolada suponen amenazas serias. Según Suffolk Wildlife Trust, una gestión adecuada de pastizales (con cortes tardíos y sin residuos) es esencial para preservar sus poblaciones.
Además, el Artículo 13 de la Ley de Vida Silvestre y Paisajes Rurales (1981) prohíbe el arranque no autorizado e intencionado de cualquier planta silvestre. Por otro lado, dado que las orquídeas abejas crecen de forma especialmente lenta y pueden florecer sólo una vez, es importante no arrancarlas nunca.
Esta sorprendente flor, con su ingeniosa imitación y su frágil existencia, nos recuerda la increíble diversidad que existe en la naturaleza y la importancia de proteger la fauna y flora de todos nuestros ecosistemas.
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