Animales peligrosos

Parece inofensivo, pero es uno de los pocos mamíferos venenosos y sus dientes pueden perforar huesos

Mamíferos venenosos
Loris perezoso. Foto: David Haring en Wikimedia Commons.

Existen animales que, pese a su apariencia, desarrollaron mecanismos de defensa poco comunes dentro del reino de los mamíferos. Es en el escaso panorama de los mamíferos venenosos, que nos topamos con una especie caracterizada por hábitos nocturnos, movimientos lentos y una expresión facial que hasta podría inspirar ternura.

Sin embargo, un contacto cercano puede terminar de forma desagradable. Su sistema de defensa es altamente eficaz, hasta el punto de perforar huesos o provocar reacciones graves en humanos. Y cómo ya anticipamos, su aspecto inofensivo no anticipa el riesgo real.

¿Cuál es uno de los mamíferos venenosos que puede perforar los huesos con su mordida?

Para ser sinceros, la naturaleza produjo muy pocos mamíferos venenosos. Entre ellos, se encuentra un primate originario del sudeste asiático conocido como loris perezoso (Nycticebus). Aunque su fisonomía recuerda más a un peluche que a un depredador, se trata de uno de los pocos casos documentados de un mamífero que desarrolló una mordida tóxica.

El veneno no proviene de los dientes en sí, sino de una glándula situada en sus antebrazos. Al lamer esta glándula, el animal activa una toxina que se mezcla con su saliva.

Al morder, inocula esa mezcla en la herida, con consecuencias potencialmente graves. En ciertas ocasiones, la mordedura llega a perforar huesos, una capacidad inusual entre mamíferos.

Esta sustancia también se emplea como protección pasiva: las madres impregnan el pelaje de sus crías con la toxina, lamiéndose antes de acicalarlas. Se ha observado que este comportamiento disuade a potenciales depredadores.

¿Cómo se comportan los loris perezosos y dónde viven?

Los loris perezosos viven en regiones tropicales y subtropicales del sur y sudeste asiático. Su distribución abarca países como India, China, Laos, Vietnam, Tailandia, Indonesia y Filipinas. Habitan selvas densas, manglares y, ocasionalmente, áreas intervenidas como plantaciones.

Estos primates son nocturnos y pasan la mayor parte del día ocultos entre las ramas. Por la noche, buscan alimento en solitario. Su locomoción es lenta y silenciosa, lo que les permite pasar desapercibidos.

Ante el peligro, permanecen inmóviles, lo que complica su localización por parte de los depredadores.

Se ha observado que los machos adultos son altamente territoriales y agresivos entre sí. Las peleas por dominio pueden incluir el uso del veneno, no sólo como defensa ante otras especies, sino como arma contra miembros de su misma especie.

Aunque su estructura social no fue completamente esclarecida, se sabe que los loris perezosos se comunican mediante marcas olfativas y vocalizaciones simples. A pesar de su lentitud, tienen métodos de caza efectivos. Usan sus extremidades para mantenerse suspendidos mientras atrapan insectos u otras presas con rapidez.

¿Por qué este es uno de los mamíferos venenosos más peligrosos para los humanos y viceversa?

El contacto entre humanos y loris perezosos puede ser peligroso. Su mordida no sólo es dolorosa: puede provocar reacciones alérgicas graves. Se ha documentado al menos un caso fatal atribuido a un choque anafiláctico tras la mordedura. La proteína del veneno tiene similitudes con alérgenos presentes en otros animales, lo que incrementa el riesgo en personas sensibles.

El loris perezoso no es el único representante dentro del pequeño grupo de mamíferos venenosos. Junto a él se encuentran especies como el ornitorrinco, el musarañón y algunos tenrecs. Todos comparten la característica de haber desarrollado mecanismos tóxicos, pero con funciones y estructuras distintas.

Pero para estos pequeños animales, el humano también es peligroso. Y es que actualmente, la población de loris perezosos se encuentra en declive. La caza ilegal con fines medicinales y la venta como mascota exótica son factores que han afectado gravemente su supervivencia.

Cinco de las ocho especies reconocidas están catalogadas como vulnerables o en peligro de extinción por la UICN.

A pesar de estar protegidos por convenios internacionales como el Apéndice I de la CITES, su comercio continúa en mercados del sur de Asia. El tráfico ilegal y la destrucción del hábitat siguen siendo amenazas activas para la especie.

Así son los loris perezosos, en detalle

Este género de primates presenta un cuerpo compacto, ojos grandes adaptados a la visión nocturna y extremidades de igual longitud. Sus manos y pies están diseñados para la sujeción prolongada de ramas, lo que les permite mantenerse inmóviles durante horas.

Son omnívoros. Su dieta se compone de frutas, néctar, goma de árbol e insectos. Algunos estudios muestran que la goma representa una parte importante de su alimentación. También consumen pequeños reptiles, huevos y presas que otros animales suelen evitar por su sabor o textura.

En cautividad, su alimentación incluye frutas, insectos, carne cruda, leche formulada y suplementos como aceite de hígado de bacalao. Aunque pueden reproducirse durante todo el año, su tasa de crecimiento poblacional es baja debido a los largos periodos de gestación y desarrollo.

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