Salud

Más de 900 personas envenenadas en un kebab y no dan crédito a lo que dice el restaurante: «Quizá enfermaron…»

Kebab
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

En plena celebración del Ramadán, una ola de intoxicaciones alimentarias sacudió un restaurante de kebabs en el distrito de Körfez, Turquía. Cerca de 950 comensales sufrieron malestar y síntomas asociados al consumo de comida en mal estado, lo que llevó a las autoridades a actuar con rapidez para controlar la situación. Este incidente ha encendido las alarmas sobre la seguridad alimentaria en locales de comida rápida y tradicional, un tema especialmente sensible cuando se trata de platos tan populares como el kebab, un icono culinario en Turquía y en todo el mundo.

Lo que podría haberse tratado como un caso aislado terminó convirtiéndose en un escándalo tras las declaraciones de los responsables del establecimiento. Mientras las autoridades sanitarias confirmaban que el origen de la intoxicación era probablemente el pollo servido en el restaurante, los dueños ofrecieron una versión que ha generado críticas en redes sociales y medios de comunicación. Este episodio pone sobre la mesa la importancia de garantizar la correcta manipulación de los alimentos y la responsabilidad de quienes los preparan.

Intoxicación masiva tras consumir kebabs en Turquía

Los hechos ocurrieron en un restaurante de kebabs situado en Körfez, una localidad de Turquía donde la gastronomía local goza de gran popularidad. Durante los últimos días del Ramadán, miles de personas acudieron al local para disfrutar del tradicional plato a base de carne asada. Sin embargo, la alegría se transformó en preocupación cuando numerosas personas comenzaron a presentar síntomas de intoxicación alimentaria pocas horas después de haber comido allí.

En total, aproximadamente 950 personas reportaron problemas de salud relacionados con el consumo de comida del restaurante, incluyendo náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea. Aunque la mayoría de los casos fueron leves, algunos pacientes tuvieron que acudir al hospital para recibir tratamiento. La rápida actuación de los servicios médicos permitió contener el brote y evitar consecuencias más graves, algo que fue confirmado por el director de Salud de Estambul, Yuksel Pechlevan, quien afirmó que «no hay casos críticos hasta el momento».

Las autoridades sanitarias no tardaron en identificar el nexo común entre los afectados: todos habían consumido pollo en el restaurante en cuestión. Esto llevó a la clausura inmediata del local y a la detención de sus propietarios para investigar las causas y responsabilidades del incidente. El cierre temporal del establecimiento busca garantizar que se tomen medidas correctivas y se realicen inspecciones rigurosas para evitar que algo así vuelva a suceder.

En medio de la investigación, las declaraciones de los dueños añadieron un nuevo foco de controversia. El cocinero principal defendió la calidad de su receta y el proceso de preparación, asegurando que «si el pollo estuviera en mal estado, lo habríamos detectado durante la cocción», tratando de desmentir la versión oficial que apuntaba a una carne en mal estado como origen del brote. Pero fue otro propietario quien fue más allá, culpando a los clientes directamente por la intoxicación, sugiriendo que podrían haber enfermado por «haber comido demasiados kebabs» y que sus estómagos «no toleraron» la cantidad.

Estas declaraciones generaron indignación y rechazo entre los afectados y expertos en salud pública. Culpar a los afectados por una intoxicación masiva, en vez de asumir la responsabilidad por un posible fallo en la manipulación o conservación de los alimentos, es una postura que muchos califican de irresponsable y poco ética.

El dueño insistió en que «mi receta tiene un sabor especial desde hace años y no jugamos con la salud de nadie», intentando justificar que no hubo negligencia en la cocina. Sin embargo, esta actitud ha recibido multitud de críticas, ya que la seguridad alimentaria debe ser una prioridad innegociable en cualquier negocio de restauración, especialmente cuando se manejan alimentos perecederos como el pollo.

Este episodio ha vuelto a poner sobre la mesa la importancia de respetar las normas de higiene y manipulación de alimentos en los restaurantes. El pollo es uno de los alimentos con mayor riesgo de contaminación si no se conserva o cocina adecuadamente, ya que puede alojar bacterias como la salmonella o la campylobacter, que provocan intoxicaciones alimentarias severas.

Las autoridades han señalado que el almacenamiento, la cadena de frío, la limpieza y la cocción correcta son esenciales para evitar que los alimentos se conviertan en una amenaza para la salud pública. Además, este tipo de incidentes sirve para recordar a los consumidores que deben estar atentos a la calidad y condiciones de los establecimientos donde comen.

Aunque afortunadamente ningún caso llegó a ser grave ni fatal, el impacto en la comunidad local fue considerable. Más allá de la alarma sanitaria, muchos clientes se sintieron descontentos y desconfiados, lo que puede afectar a la reputación del restaurante y de otros negocios similares. La intoxicación masiva en un restaurante de kebabs en Turquía es un recordatorio claro de que la seguridad alimentaria debe ser siempre la prioridad máxima en cualquier establecimiento de comida.

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