El interesante caso del faraón maldito
La historia de la humanidad está llena de misterios, enigmas que se entrecruzan con personas de distintas épocas volviéndose aún más arcanos con el paso del tiempo. Los seres humanos siempre hemos tenido curiosidad por este tipo de secretos y el Antiguo Egipto se enmarca como uno de los lugares más indicados para la investigación de los mismos. En los tiempos de los faraones, el Antiguo Egipto se erigía como la civilización más importante del mundo. Pirámides, bustos, riquezas, barcos… La civilización egipcia estaba inmersa en un océano de poder inigualable que planteaba a los faraones como jefes supremos. Unos hombres considerados descendientes de los propios dioses y que eran adorados y temidos por la gran mayoría de su pueblo. Pero como en todos los aspectos de la vida, existen las excepciones. Por eso nos hemos fijado en el misterioso caso del faraón maldito.
El eslabón perdido del Antiguo Egipto
Los faraones siempre han sido hombres y mujeres respetados por el pueblo egipcio. Unos reyes tratados como auténticos dioses que se ganaron el respeto de sus semejantes a base de esclavitud y grandes contiendas. El pueblo hebreo fue el gran perjudicado de un dominio que se extendió durante cientos de años que les enmarcaba como carne de cañón para la construcción de grandes monumentos. Tutankamon, Cleopatra o Ramses II son nombres que seguramente os suenen y de los que se guardan valiosos objetos que representaban su poder. Sin embargo, los arqueólogos han descubierto recientemente un busto que está despertando un enorme misterio debido a sus misteriosos orígenes.
Conocido coloquialmente como el busto del faraón maldito, esta valiosa escultura fue decapitada por los israelitas hace 3.300 años. La identidad de este faraón es todo un misterio para la comunidad científica, lo único que se sabe es que está tallado en cobre y fue descubierto en las ruinas de la antigua ciudad de Hazor. Una localidad en se encuentra actualmente en territorio israelí y que en la antigüedad formó parte del imperio egipcio.
¿El rey más odiado del imperio?
El busto del faraón maldito ha sido fechado en unos 4.300 años de antigüedad. Una época en la que el pueblo hebreo estaba pasando por sus momentos más revolucionarios ante unos gobernantes que basaban su forma de vida en aprovecharse del trabajo esclavista. Después de muchas investigaciones, los arqueólogos no tienen duda de que este extraño busto pertenece a la silueta de un faraón, ya que incluye en la cabeza el símbolo de la cobra solar. Lo que no saben los estudiosos es porque fue decapitado y maltratado.
Las marcas del busto representan claramente que la escultura fue tratada con una violencia muy por encima de la habitual. Las múltiples grietas y fracturas en su cara permiten marcar la hipótesis de que fueron los israelitas los que generaron los daños en la estatua cuando se revelaron contra los faraones hace 3.300 años. De momento se conocen pocas cosas sobre el reinado del faraón maldito, lo que está claro es que no fue un rey adorado por su pueblo.
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