Deja de comprarla inmediatamente: la drástica advertencia de un experto por esta planta que todos tenemos en casa


Con la llegada del verano, los jardines y terrazas se llenan de vida gracias a las plantas que elegimos para decorar. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que algunas de esas plantas tan bonitas pueden acarrear consecuencias negativas, tanto para el entorno natural como para la biodiversidad local. La jardinería, aunque se suele percibir como una actividad inofensiva, tiene un impacto directo sobre los ecosistemas, sobre todo cuando se introducen especies invasoras.
Uno de los casos más representativos es el de la hiedra inglesa, una enredadera que se vende en tiendas de jardinería y viveros de todo el mundo. Esta planta, valorada por su bajo mantenimiento y su crecimiento rápido, está causando serios problemas ambientales en diversas regiones. Por esta razón, expertos en arboricultura y conservación están advirtiendo de los peligros de seguir fomentando su uso sin control.
¡Cuidado con tener esta planta en casa!
Andrew The Arborist, un reconocido especialista en el cuidado de los árboles con una amplia comunidad en redes sociales, ha sido uno de los primeros en denunciar el problema con firmeza. En uno de sus vídeos más virales, explica que la hiedra inglesa es una especie muy invasiva. En Estados Unidos y otras regiones de América del Norte, ha ocupado bosques enteros, ahogando el crecimiento natural de otras plantas y debilitando la salud de los árboles autóctonos.
Según Andrew, esta planta se adhiere con fuerza a los troncos, compitiendo por nutrientes y luz. Su capacidad para trepar y cubrir completamente la corteza impide que los árboles respiren adecuadamente, haciéndolos vulnerables a hongos, plagas y enfermedades.
En jardines particulares, parques urbanos y espacios comunes, la hiedra inglesa también es perjudicial. Una vez que se establece, es extremadamente difícil de erradicar. Sus raíces son fuertes y extensas, y pueden dañar estructuras, levantar baldosas o afectar a otras plantas del entorno. Además, al formar una cubierta densa sobre el suelo, impide que germinen especies autóctonas, empobreciendo la diversidad vegetal de la zona.
Diversos ecologistas y paisajistas han mostrado su preocupación en los últimos años. La facilidad con la que se vende y se promueve en catálogos de jardinería contribuye a su expansión sin control. Es común verla en balcones, muros de urbanizaciones o parques públicos sin que se tenga en cuenta el riesgo que representa a largo plazo.
De hecho, su rápido crecimiento es una de las principales razones por las que se elige. Pero lo que inicialmente parece una ventaja, pronto se convierte en un problema. En regiones como la Costa Este de Estados Unidos, el noroeste del Pacífico o incluso algunas zonas de México, esta planta ha reemplazado completamente a la flora local. Donde antes crecían helechos o flores silvestres, ahora hay alfombras verdes de hiedra que no permiten que se desarrolle nada más.
También se ha detectado su impacto en insectos polinizadores, aves y pequeños mamíferos. Al modificar el hábitat natural, la hiedra reduce las fuentes de alimento y refugio para muchas especies. Esto provoca una cadena de desequilibrios que termina afectando a toda la red ecológica del lugar. Por eso, cada vez más especialistas coinciden en que es urgente frenar su comercialización y promover alternativas sostenibles.
Alternativas
En ese sentido, Andrew The Arborist y otros expertos en jardinería coinciden en la importancia de replantear qué tipo de plantas utilizamos para decorar nuestros jardines y espacios verdes. La solución no está en renunciar a la belleza natural, sino en elegir especies que sean compatibles con el entorno local.
Entre las opciones más recomendadas se encuentran el flox musgoso (Phlox subulata), una planta de bajo crecimiento que forma tapices coloridos y resistentes, ideal para zonas soleadas y suelos bien drenados. También está el jengibre silvestre (Asarum canadense), que ofrece una alternativa elegante, con hojas grandes y textura aterciopelada, perfecta para áreas sombreadas.
Otra buena alternativa son los helechos autóctonos, que no sólo se adaptan con facilidad a distintos climas, sino que además ayudan a conservar la humedad del suelo y proporcionan refugio para pequeños insectos y fauna local. Estas especies no invasoras cumplen con funciones similares a la hiedra inglesa , pero sin poner en peligro la biodiversidad.
Es fundamental que jardineros, tanto profesionales como aficionados, tomen conciencia de las especies que utilizan. La elección de una planta no debería basarse sólo en su apariencia o facilidad de mantenimiento. Es importante informarse sobre su comportamiento, su origen y su relación con el entorno. En este contexto, la jardinería puede transformarse en una herramienta positiva de restauración y conservación.
Aunque la hiedra inglesa forme parte del paisaje de muchos jardines y espacios urbanos, todavía estamos a tiempo de cambiar el rumbo. Su expansión no es irreversible si tomamos decisiones conscientes al momento de plantar. Elegir especies nativas o adaptadas al entorno local, informarse sobre sus efectos ecológicos y evitar las plantas invasoras es clave para proteger la biodiversidad.
Temas:
- Curiosidades
- Hogar
- Plantas