La clave para que no te estafen con el aceite de oliva: no volverás a caer en la trampa
Durante el mes de febrero, los españoles gastaron un 6,2% más en la cesta de la compra debido al aumento de precios. El precio del aceite continuó aumentando, con incrementos interanuales del 76,7% para el aceite de oliva y del 75,8% para el aceite de oliva virgen.
Precisamente, el aceite encabeza la lista con un aumento del 30,3%, seguido de cerca por las aceitunas con un incremento del 13,4%. En tercer lugar se sitúan los zumos, que registraron un aumento del 10,8%, seguidos de las verduras congeladas con un alza del 10,7%, y los chocolates con un incremento del 8,8%.
¡Que no te estafen con el aceite de oliva!
Una de las quejas recurrentes en el sector agroalimentario español, en particular entre los productores de aceite de oliva, se centra en la etiqueta de algunos productos. Esta controversia surge debido a la normativa comunitaria, que permite que en las etiquetas de algunas botellas de aceite de oliva se indique el origen del producto como «origen UE y no UE», lo que puede llevar a confusión.
El problema radica en que, en muchos casos, esta mención se refiere más a los países no pertenecientes a la Unión Europea que a los países europeos. En situaciones de escasez, algunas marcas optan por mezclar aceites de países como Argentina, Chile o Túnez con el aceite español, lo que genera controversia y afecta a los agricultores locales.
Recientemente, esta polémica ha cobrado fuerza en las redes sociales, donde se han compartido publicaciones sobre marcas como Carbonell. La empresa tuvo que desmentir en octubre pasado las acusaciones de que envasara aceite de fuera de la Unión Europea, principalmente de Marruecos, con aceite de Chile, Argentina y Túnez. Según Newtral, solo el 10% del aceite comercializado en España en ese momento procedía de fuera del país.
Claves para detectar un aceite de oliva auténtico
Algunos estafadores intentan engañar a los consumidores sustituyendo el aceite de oliva por aceite de semillas, mucho más económico.
El aceite de semillas, que es transparente por naturaleza, se mezla con clorofila para adquirir tonalidades verdes, y se le añaden carotenoides para obtener tonos amarillos, logrando así un aspecto similar al del aceite de oliva. Sin embargo, a pesar de las apariencias, existen notables diferencias entre ambos tipos de aceite.
El aceite de semillas carece de sabor y olor, a diferencia del aceite de oliva, que nunca es insípido. Puede presentar matices dulces, amargos o picantes, pero nunca carece de sabor, como explica el profesor de Ciencias de la Alimentación Maurizio Servili a ‘Euronews’. Los polifenoles son los responsables de su sabor característico.
Detectar este tipo de estafas puede ser complicado, especialmente cuando se mezcla aceite de semillas con aceite de oliva genuino. Cabe señalar que en algunos países, la venta de mezclas de este tipo puede ser legal, siempre y cuando la cantidad de aceite de oliva en la botella esté claramente indicada en la etiqueta, y el producto no se promocione como «aceite de oliva».
El «aceite lampante», conocido por su antiguo propósito como combustible para lámparas de aceite, es un ejemplo de otra forma de estafa que implica la adulteración del aceite de oliva. Este tipo de aceite de oliva, de baja calidad, presenta una acidez considerablemente alta, lo que lo hace inadecuado para el consumo humano.
Al comprar aceite de oliva virgen extra, los expertos recomiendan verificar la información de la botella. Busque la fecha y lugar de la cosecha, la posibilidad de escanear un código QR para rastrear la cadena de producción y sellos de certificación de terceros, como DOP o IGP.
Diferencias hay entre el aceite virgen extra y el de orujo de oliva
Ante el aumento imparable en el precio del aceite de oliva, han surgido alternativas más económicas, como el aceite de orujo de oliva, concebido para aprovechar al máximo todos los componentes de la aceituna.
Este tipo de aceite se deriva de los residuos de la aceituna que quedan después de extraer el aceite de oliva virgen, que incluyen piel, hueso, agua, y restos de aceite. A diferencia del proceso utilizado para obtener el aceite de oliva virgen extra, la producción del aceite de orujo de oliva requiere procesos químicos adicionales. Posteriormente, antes de ponerlo a la venta, se combina con aceite de oliva virgen para mejorar tanto su sabor como sus propiedades, según explica la asociación Interprofesional del Aceite de Orujo de Oliva (Oriva).
Estudios clínicos realizados por el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición (ICTAN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han demostrado efectos positivos en los participantes que consumen regularmente aceite de orujo de oliva.
Según información de Oriva, estos beneficios incluyen la reducción de los niveles de colesterol total y de lipoproteínas de baja densidad (colesterol «malo»), así como la disminución del perímetro de la cintura. Además, se observaron mejoras en biomarcadores relacionados con la sensibilidad a la insulina.
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