La asquerosa razón por la que deberías lavar la ropa antes de estrenarla: «¿Seguro que no prefieres…?»

Estrenar ropa  es algo que a todos nos hace mucha ilusión, pero pocas nos paramos a pensar en lo que esas prendas pueden llevar consigo: productos químicos potencialmente peligrosos. Uno de los más comunes es el formaldehído, una sustancia que se utiliza en la industria textil y tiene efectos adversos en la salud. En un vídeo en TikTok, el farmacéutico @farmaceuticofernandezen alerta sobre los peligros que trae consigo el uso de estos productos químicos en las ropa.

El principal problema con estas sustancias es que muchos de ellas no se eliminan completamente durante el proceso de fabricación o el lavado previo a la venta. Como resultado, las prendas que compramos pueden contener residuos de estas sustancias, que, al estar en contacto directo con nuestra piel, pueden causar reacciones adversas. Las reacciones más comunes incluyen irritación, picazón, enrojecimiento y alergias cutáneas. En casos más graves, la exposición prolongada a productos químicos como el formaldehído puede aumentar el riesgo de enfermedades de la piel o agravar condiciones preexistentes, como el eczema o la dermatitis.

El peligro de no lavar la ropa antes de estrenarla

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La industria textil recurre a una variedad de productos químicos para mejorar las características de las prendas. El formaldehído es uno de los más utilizados debido a sus propiedades antiarrugas, pero no es el único compuesto que puede estar presente en la ropa.

Durante el proceso de fabricación, se pueden usar otras sustancias como colorantes sintéticos y pesticidas. Aunque estos productos cumplen una función práctica, como hacer que la ropa sea más duradera o resistente a la suciedad, pueden tener efectos negativos en la piel y la salud general.

Además de los efectos directos sobre la piel, algunos estudios sugieren que la exposición constante a ciertos productos químicos presentes en la ropa podría tener efectos a largo plazo en la salud.

Por ejemplo, el formaldehído ha sido clasificado por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) como un carcinógeno humano, lo que significa que su exposición continua podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer. Aunque la cantidad de formaldehído presente en la ropa no es lo suficientemente alta como para causar daño inmediato, la acumulación a lo largo del tiempo podría ser preocupante.

Higiene

El farmacéutico advierte sobre el factor higiénico a la hora de estrenar ropa. Antes de que una prenda llegue a nuestras manos, ha pasado por varias etapas, incluidas las pruebas en el punto de venta, el transporte y, posiblemente, el contacto con otras personas. Aunque las tiendas de ropa suelen mantener un estándar de limpieza, no siempre es posible garantizar que las prendas no hayan estado en contacto con gérmenes, bacterias, virus y otros agente patógenos. «Antes de que a ti te la regalaran, se la ha podido probar cualquiera», advierte.

Esto significa que las prendas que compramos, aunque sean nuevas, han estado en contacto con muchas personas antes de llegar a nosotros. Incluso si la ropa parece estar limpia, puede contener impurezas o microorganismos que podrían causar problemas de salud. Por lo tanto, dada la presencia de productos químicos en la ropa nueva y la posibilidad de que contenga gérmenes y bacterias, es fundamental tomar medidas para minimizar los riesgos antes de usarla.

El lavado es clave

El lavado previo es la forma más efectiva de reducir estos riesgos. Al lavar las prendas, no sólo eliminamos el polvo o la suciedad, sino también los residuos de compuestos como el formaldehído. Además, el lavado contribuye a eliminar el exceso de tintes y otros productos químicos utilizados para mejorar el color y la apariencia de las prendas.

Para que el lavado sea completamente efectivo, es recomendable seguir algunas pautas adicionales, como utilizar un detergente suave para minimizar el riesgo de irritaciones. También es aconsejable utilizar un ciclo de lavado largo o un enjuague adicional para eliminar todos los residuos completamente.

Luego, si es posible, lo mejor es dejar que la ropa se seque al aire libre colgando las prendas en un lugar bien ventilado, preferiblemente a la sombra. Si utilizas una secadora, asegúrate de elegir el ciclo adecuado según el tipo de tejido. No sobrecargues la secadora para permitir que el aire circule correctamente.

En definitiva, el cuidado de nuestra salud es esencial en todos los aspectos de la vida, y la ropa no es una excepción. Aunque el olor a ropa nueva puede resultar atractivo, es importante recordar que ese olor no es más que la huella de los productos químicos utilizados en el proceso de fabricación.

Si bien las prendas nuevas pueden parecer limpias, es fundamental ser conscientes de los riesgos asociados con estos compuestos. Es esencial lavar la ropa antes de usarla para eliminar los productos químicos dañinos y así mantener nuestra piel libre de irritaciones.