Adiós para siempre a tender: la revolución de las lavadoras ha llegado
Un truco muy sencillo y efectivo que se ha hecho viral
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Para un uso eficiente de la lavadora, lo primero y más importante es conocer las franjas horarias de menor coste eléctrico en la tarifa de luz, lo que permite ahorrar en la factura mensual. Además, es esencial realizar una limpieza mensual de la lavadora y mantenerla ventilada para evitar la acumulación de moho y malos olores. Otro consejo clave es aprovechar los ciclos de lavado en frío, que no sólo ahorran energía, sino que también ayudan a conservar mejor la ropa.
Asimismo, usar la cantidad adecuada de detergente es fundamental para evitar restos en las prendas y para no sobrecargar el tambor, lo que puede reducir su vida útil. Además, es recomendable conocer los diferentes programas de la lavadora y usarlos de manera eficiente según el tipo de tejido. Finalmente, utilizar los productos adecuados, como blanqueadores o vinagre en lugar de suavizante, también puede optimizar el proceso de lavado y mejorar el cuidado de la ropa.
El botón ‘secreto’ de la lavadora
La lavadora es un electrodoméstico esencial en cualquier hogar, pero el secado de la ropa continúa siendo un reto, especialmente en zonas húmedas o durante el invierno. Aunque la secadora es una solución rápida, utilizarla con demasiada frecuencia puede suponer un gran gasto y, además, perjudicar al medio ambiente. Ahora bien, existe un truco desconocido para muchos que permite secar la ropa rápidamente utilizando la lavadora y una toalla seca.
El método no puede ser más sencillo y, además, efectivo. Tras el lavado, se introduce una toalla gruesa junto con la ropa mojada en el tambor y se selecciona el programa de centrifugado a máxima potencia. De esta manera, la toalla actúa como absorbente, reduciendo la humedad y acelerando el proceso de secado. Este método es eficiente, económico y más respetuoso con el medio ambiente, evitando la necesidad de usar la secadora y cuidando prendas delicadas.
Consejos adicionales
De esta manera, cuando concluya el ciclo, la ropa estará lo suficientemente seca como para que con sólo tenderla durante una o dos horas ya esté seca. Para acelerar el secado de la ropa, hay varios trucos útiles.
En primer lugar, es importante ventilar bien la zona de secado, eligiendo un lugar bien ventilado o al aire libre, cerca de una ventana abierta o al sol. Si el clima es húmedo, usar un ventilador mejora la circulación del aire y acelera la evaporación de la humedad en las prendas.
Por otro lado, colgar la ropa de manera espaciada y estirarla ligeramente también facilita un secado más rápido y con menos arrugas. Además, un deshumidificador puede ser un gran aliado en zonas con alta humedad, ya que reduce la humedad del aire y ayuda a evitar malos olores y moho.
Otros métodos más puntuales incluyen el uso de la plancha para secar ropa rápidamente, aunque con cuidado para no dañar los tejidos. Con estos trucos, es posible reducir significativamente el tiempo de secado de la ropa.
Errores a evitar
A la hora de utilizar la lavadora solemos cometer algunos errores que pueden afectar tanto a la calidad del lavado como a la durabilidad de la prendas. Uno de los errores más comunes es no conocer bien la lavadora, desde los símbolos en los controles hasta los programas de lavado. Esto puede llevar a un uso inadecuado del detergente o del suavizante, lo que inevitablemente afecta el resultado final.
Sobrecargar la lavadora es uno de lo errores más frecuentes, ya que existe la falsa creencia de que es una buena forma de ahorrar tiempo y energía; sin embargo, en realidad, esto puede impedir que la ropa se lave correctamente. Asimismo, dejar la ropa en la lavadora después de que termine el ciclo puede provocar olores a humedad, y no lavar la ropa nueva antes de usarla puede exponer la piel a residuos químicos.
Otro error frecuente es no limpiar la lavadora regularmente. Con el tiempo, la acumulación de residuos y humedad puede causar malos olores e incluso moho, lo que no sólo afecta el rendimiento del aparato, sino que también puede dañar la ropa. Además, no revisar los bolsillos antes de lavar puede resultar en daños tanto para las prendas como para la máquina, especialmente si objetos pequeños se quedan atrapados en el tambor.
El exceso de centrifugado es otro problema, ya que puede desgastar los tejidos, especialmente en prendas más delicadas. A la vez, lavar siempre en frío puede no ser la mejor opción, ya que algunas prendas necesitan temperaturas más altas para eliminar manchas o malos olores.
El tratamiento previo de las manchas es otro aspecto clave que a menudo se pasa por alto. La lavadora no siempre puede eliminar manchas difíciles, por lo que es esencial tratarlas antes de poner la prenda en la máquina. Además, no separar la ropa por colores o tipo de tejido puede hacer que el lavado sea ineficaz.