Tres obras de Caravaggio nunca antes expuestas en España se pueden visitar ya en el Museo Thyssen
El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid reúne desde el pasado martes 21 de junio obras de Caravaggio y de otros pintores del norte de Europa seguidores del maestro italiano en la exposición ‘Caravaggio y los pintores del norte’, que estará abierta al público hasta el 18 de septiembre. La muestra se une a la ya existente en el Palacio Real (‘De Caravaggio a Bernini. Obras maestras del seicento italiano en las Colecciones Reales’, organizada por Patrimonio Nacional.
De la muestra destaca la docena de obras del máximo exponente del claroscuro, Caravaggio, entre las que se encuentran ‘David vencedor de Goliat’, ‘Los músicos’, ‘San Francisco en meditación’ o la última obra documentada del pintor, ‘El martirio de Santa Úrsula’, pintada en 1610. Además, el público podrá ver ‘Muchacho pelando fruta’, ‘El sacrificio de Isaac’ (una de las «piezas estrella», según el comisario de la muestra) y ‘San Juan Bautista en el desierto’, que por primera vez se exponen en España, según ha indicado la jefa del Área de Pintura Antigua del Museo, Mar Borobia.
En total se exhibirán 53 pinturas, procedentes de colecciones privadas, museos e instituciones como el Metropolitan Museum de Nueva York, la Galería de los Uffizi de Florencia, el Museo del Prado, el Museo del Ermitage de San Petersburgo, el Rijksmuseum de Ámsterdam o la iglesia de San Pietro in Montorio en Roma.
Junto a las de Caravaggio, se expondrán obras de autores pertenecientes a la Escuela de Utrecht como Dirck van Baburen, Hendrick ter Brugghen o Gerard van Honthorst; de la Escuela Francesa como Simon Vouet, Claude Vignon o Valentin de Boulogne; o Flandes, entre otros. Tal y como ha afirmado el comisario de la exposición, el profesor de la Universidad de Leiden y miembro del Istituto Universitario Olandese di Storia dell’Arte de Florencia (Universidad de Utrecht), Gert Jan van der Sman, la muestra permitirá al público español «apreciar por primera vez» las obras de estos artistas que en sus países de origen son considerados «grandes estrellas».
La exposición se articula en torno a seis módulos, en los que se podrá ver el trabajo de ‘Caravaggio en Roma’, otro en el que se encuentran obras de ‘Los primeros admiradores en Roma’ con cuadros de Adam Elsheimer y Peter Paul Rubens, un tercero dedicado a ‘Artistas y amantes del arte’, otro en el que se podrán apreciar cuadros de pintores de la ‘Escuela de Utrecht’, uno sobre ‘Pintores franceses en Roma’ y un último sobre ‘Nápoles y el sur de Italia’, en el que destaca el artista flamenco Matthias Stom.
Según ha señalado el director artístico del Thyssen, Guillermo Solana, esta es una «ocasión histórica» para poder disfrutar de Caravaggio, así como de los pintores en los que influyó su obra. Solana ha agradecido a las instituciones prestadoras, a las que considera “figuras clave», su trabajo, esfuerzo e «impecable seriedad» y ha mencionado la difcultad en las operaciones de intercambio. También Borobia y el comisario de la exposición han incidido en la difcultad de los préstamos de las obras de Caravaggio.
Así, Van der Sman ha calificado de «reto» la llegada de las pinturas de Caravaggio a Madrid, sobre todo en el caso de ‘La Buenaventura’, procedente de los Museos Capitolinos de Roma y ‘Los Músicos’, que se exhiben en Nueva York. Según Van der Sman, lo característico de esta muestra es que el público podrá seguir lasprimeras fases de Caravaggio, cuando el pintor se estableció en Roma, a partir de 1550.
Tal y como ha recordado, a comienzos del siglo XVI, se establecieron en Roma muchos pintores, sobre todo holandeses y franceses (de esta nacionalidad unos 600), en los que l a influencia de Caravaggio se refleja en el uso del color, el esquema de composición, en la representación de figuras en primer plano, así como de personas ordinarias, y el uso del claroscuro.
El Museo Thyssen ha llegado a un acuerdo con Patrimonio Nacional para que su exposición y la que acoge el Palacio Real (‘De Caravaggio a Bernini…’) tengan una entrada conjunta, de manera que costará 17 euros, seis menos que si los visitantes las compran por separado