Rosalía deslumbra en la Bienal de Flamenco de Sevilla ante un público más joven

Rosalía
Rosalía. (Foto: EFE)

Con sus recientes cinco nominaciones a los Grammy Latinos y a punto de lanzar su segundo disco, ‘El Mal Querer’ con el tema ‘Malamente’ que la ha lanzado al estrellato, la joven catalana Rosalía ha atraído esta noche al Café Alameda al público más joven de la Bienal para ofrecer una lección de flamenco.

Era una de las apuestas que más expectación había creado, por estar ahora mismo en lo más alto y porque su flamenco indie -con perfecta entonación mezclada con aires y estética raperos- ha vuelto a despertar el eterno debate entre la ortodoxia y el flamenco fusión, a lo que en el caso de Rosalía por ser catalana se ha unido el argumento de la apropiación cultural.

Pero lo cierto es que, como había anunciado, Rosalía ha ofrecido repertorio clásico muy centrado en los temas de su primer álbum como solista, ‘Los Ángeles’ (2017), acompañada a la guitarra por Joselito Acedo, Los Mellis a las palmas y Anna Colom y Claudia ‘La Chispa’ a los coros.

Con La Niña de los Peines, Bernardo el de los Lobitos, Chato de la Isla, Juan Valderrama o Pepe Marchena como sus grandes referencias de lo jondo, Rosalía, con sus 25 años recién cumplidos, ha cantado cantiñas, tangos, tarantos o la popular copla ‘La hija de Juan Simón’.

Cantaora sin bata de cola

Un apagón en el Teatro Alameda retrasó la apertura de las puertas para un espectáculo programado, como toda la programación de este Café cantante, para una hora ya de por sí tardía como las 23.00 horas, aunque se solucionó con tiempo suficiente como para que no acumulara un gran retraso.

Y guste o no guste este fenómeno musical que es ya Rosalía, bajo la producción de Raúl Refree impulsor también de las carreras de Silvia Pérez Cruz o Rocío Márquez -voces con ciertas semejanzas entre sí aunque de estilos muy distintos- lo cierto es que no se le puede negar la virtud de haber atraído a la XX Bienal de Flamenco de Sevilla a un público bastante más joven del habitual en el certamen.

Esos jóvenes fans de la autora de ‘Malamente’ se han encontrado con todo un recital flamenco de los que crean afición, y el público flamenco de toda la vida no ha podido rasgarse las vestiduras porque sobre el escenario ha visto a una cantaora flamenca sólo que en vez de bata de cola, falda de baile o mantón, ha lucido pantalones con volantes en perneras acampanadas y una actitud más cercana a la de un botellón de tribu urbana que a la de una candela jerezana o una reunión de corraleras de Lebrija.

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