Bill Viola: el genio del videoarte
A principios de los años 70, el videoarte comenzó a tener presencia en el mundo del arte de una forma autóctona. Artistas como Bruce Nauman, Vito Acconci o Joseph Beuys fueron los compañeros de apoyo de Bill Viola en el desarrollo y enfoque de las tecnologías de alta definición. Desde entonces, cada vez son más los artistas que trabajan con formato de video. Viola a sus 66 años es uno de los referentes más notables y pioneros en el desarrollo de este medio. Su obra está en la colección de prestigiosos museos como: Metropolitan Museum of Art de Nueva York, National Gallery en Londres o el Museo Guggenheim de Nueva York.
El museo Guggenheim de Bilbao presenta actualmente una retrospectiva suya que estará vigente hasta otoño del 2017. La muestra es un recorrido temático y cronológico a través de 27 obras realizadas desde sus inicios en 1976 hasta el 2014. La obra de Viola es cautivadora, te hace sentir, estremecer y perder la noción del tiempo. Es compleja y sencilla al mismo tiempo y no te deja indiferente. Su temática gira en torno a los elementos: tierra, fuego, aire y mar. Parece como si se pudieran palpar al ver los videos. Otra temática son las experiencias y preocupaciones de la humanidad tales como el nacimiento, la muerte y la conciencia. Su lenguaje visual provoca una fascinación en el espectador que, inevitablemente, captura toda su atención. El tiempo también juega un papel importante en la obra de Viola. Cada obra requiere una inversión de atención y tiempo, puesto que hay videos que sobrepasan la hora.
La obra de Viola es el resultado de su profundo y polifacético interés por las tradiciones místicas y en particular la filosofía Zen, la teología cristiana y el sufismo. Un tema constante es la exploración de la dualidad: difícilmente podemos saber qué buscamos a menos que sepamos lo opuesto. La estética de sus obras es principalmente mística y en paralelo esta influenciado por el arte medieval y renacentista occidental. Un tema constante de su obra es la exploración de las dualidades de la vida: como dos extremos opuestos interactúan, con sus diferentes implicaciones, presentándose a lo largo de nuestra vida y afectando a nuestras preferencias. Es por esto que la estética de sus obras, como otros muchos factores en la vida, se puede definir de manera dual, sin ser contradictoria, como mística y clásica occidental al mismo tiempo.
La vocación de Viola surge en su infancia. Durante unas vacaciones con su familia en la montaña, casi se ahoga en un lago. Esta experiencia marco tanto su vida como su obra. Ahí comenzó su relación mística con los cuatro elementos. Esa inquietud mística le ha llevado a viajar por todo el mundo desde Indonesia al desierto de Túnez o Japón. Muchos de sus videos están ambientados en maravillosos paisajes de estos países. Las aportaciones de Viola no son solamente estéticas, sino también aportaciones realizadas en el campo tecnológico. Viola investigó con la firma japonesa Sony la manera de poder unir dos cámaras para grabar en color y en blanco y negro. Utilizando esta técnica ha trasladado las inquietudes y las preguntas que se hace como ser humano.
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