Un panadero catalán asume la defensa de familias asfixiadas por la inmersión en la Valencia de Puig
Marc Blanco Pérez, un panadero barcelonés, y por tanto catalán de origen, afincado en la localidad castellonense de Peñíscola, que habla y conoce el valenciano, el catalán y el español, ha asumido el liderazgo en la defensa de las familias valencianas asfixiadas por la inmersión lingüística a que les somete el Gobierno que preside el socialista Ximo Puig y del que forma parte la coalición nacionalista Compromis y Podemos. Marc Pérez es el presidente de Ampa Total valenciana, una asociación de madres y padres impulsada con la colaboración de Hablamos Español, que es a su vez impulsa la libertad lingüística en todo el territorio español. Lo que significa Ampa Total y por qué surge queda claro en una frase de Marc Blanco Pérez:»Somos una mayoría pisoteada por una minoría intransigente».
Ampa Total es una iniciativa de Hablamos Español y Convivencia Cívica Catalana, nacida a finales del pasado año 2021 a consecuencia de las limitaciones de representatividad que las asociaciones tienen frente a las Administraciones y a la necesidad de guardar el anonimato de determinadas familias, asfixiadas por la inmersión lingüística, pero que que tienen miedo a ser señaladas por los centros y los poderes públicos autonómicos.
Está concebida en su origen como una federación nacional de Ampas. Su finalidad es acabar con la imposición de una inmersión lingüística que no es compartida por el conjunto de la población y abrir un proceso de convivencia en el que sean las personas y no los poderes políticos los que determinen en qué lengua deben estudiar los niños o cuál debe ser el idioma utilizado ante la Administración educativa. En Cataluña opera con Convivencia Cívica y Hablamos Español, y en el resto de España, sólo con Hablamos Español, porque es de ámbito estatal:»No somos una asociación anti catalanista. Lo que pretendemos es defender y recuperar los derechos constitucionales en lo que a lengua se refiere. Tanto de alumnos como de familiares», explica Marc Blanco.
En su caso, él tomó la determinación de movilizarse en favor de la libertad lingüística tras entender que a la Comunidad Valenciana, como tierra de acogida, llegan miles de trabajadores que antes estuvieron en otra Comunidad y en un tiempo se irán a una tercera y que se veían en la obligación de aprender valenciano para poder salir adelante.
Todo ello, en una Comunidad, como la Valenciana en la que según relata Marc para algunas familias la imposición del valenciano supone, además, una disminución del rendimiento académico de sus hijos, como Marc, casado con una cubana y padre de 3 hijos, vivió en su propia casa: «El otro día uno de mis hijos me preguntaba sobre un problema de matemáticas. Él sabía resolverlo perfectamente, pero al estar en valenciano le generaba dudas. Yo, que entiendo y hablo perfectamente el catalán, se lo expliqué».
También, ocurre con las comunicaciones procedentes de centros educativos. El propio Marc Blanco solicitó que le remitieran, precisamente, esas comunicaciones en las 2 lenguas, español y valenciano, «pero, para que te den las comunicaciones en español tienes que pedir una reunión con la directora del centro y rellenar un informe».