La preocupación por los demás puede ser motivo de depresión
Preocuparse por otras personas también puede generar estrés
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A veces la ciencia publica estudios realmente curiosos que nos muestran relaciones de causa y efecto sorprendentes. Sin duda, uno de los más llamativos indica que la preocupación por los demás puede ser motivo de depresión. ¿Cómo puede ser que se produzca una situación como esta?
Según se puede observar en un artículo publicado en la revista especializada Nat Neurosci, la amígdala dorsal muestra un área en la que encontramos que difiere la correlación de actividad respecto al valor absoluto ante la diferencia de una recompensa.
¿Qué quiere decir esto? No es fácilmente entendible, pero según los expertos, la actividad en la amígdala dorsal predice algunas diferencias individuales en la manera en que cada persona siente que le desagrada un desequilibrio en la recompensa.
En realidad, esta es la versión algo más compleja y científica de esta situación, pero básicamente viene a decir que a veces, la recompensa no es suficiente respecto a la actividad que se ha llevado a cabo y que merece un mayor premio, hecho este que puede desembocar en situaciones depresiva.
Por qué la preocupación por los demás puede desembocar en depresión
Así pues, no siempre preocuparse por otros iguales ofrece el premio que es posible que el individuo esté esperando. Lógicamente, ante las expectativas creadas y no cubiertas, se puede generar una situación de estrés que desemboque en enfermedad.
Al respecto se han realizado gran cantidad de estudios. Recordemos que ser amable, a pesar de ser algo bueno y deseable, también puede generar un sentimiento elevado de tristeza.
En muchas ocasiones, una persona que mima una relación con otra y no observa reciprocidad por la parte contraria, puede sentirse muy afectada al observar que los demás no muestran sus mismas actitudes. Sin duda, esta situación también puede ser definitoria y acabar en depresión.
Pero, ¿es egoísta querer recibir lo mismo que se da? Sin duda, es peligroso, pues es necesario estar dispuestos a realizar sacrificios por el bien de los demás, pero cuanto mayor sea nuestra perspectiva y nuestra esperanza de recibir en el mismo grado en que se da, mayor puede ser la situación de desequilibrio, por lo que la depresión podría hacer acto de presencia fácilmente.
Así pues, los estudios confirman que, según la actividad cerebral de las personas con propensión a preocuparse por los demás, también se observa una mayor propensión a padecer cuadros depresivos.
Tal vez sea alta sensibilidad o exceso de empatía. Pero parece evidente que la preocupación por otros puede ocasionar estrés que desemboque en el padecimiento de una depresión.
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