Mercurio: ¿Cómo es este metal líquido?
El mercurio, además de un planeta del Sistema Solar, el más cercano al Sol, es también un metal líquido que ha tenido infinidad de usos a lo largo de la historia humana. Sin embargo, las investigaciones demuestran que es bastante tóxico, motivo por el que se dejó de usar en campos como la estética y la belleza.
Antaño, era considerado como plata líquida, y recibió otros nombres como hidrargiro o azogue, de ascendencia árabe. Todavía hoy hay quien lo considera así, aunque está aceptado en todo el mundo como mercurio.
Hablamos de un elemento químico que se representa en la tabla periódica con el símbolo de Hg y que posee el número atómico 80. Con aspecto plateado, es un metal pesado situado en el bloque D y es el único metálico que en condiciones estándar de laboratorio se distingue por su estado líquido, ya que el bromo, también líquido, está considerado como un no metal. No obstante, otros metales funden a temperaturas no muy superiores, como el rubidio, el galio o el cesio.
También nos referimos a un metal pesado que es constitutivo de la Tierra, por lo que rara vez se encuentra en estado puro, es decir, líquido. Lo más común es que se localice junto con sales inorgánicas o compuestos diversos.
El mercurio se enlaza como otros compuestos, como el mercurio divalente o monovalente, formando tanto compuestos orgánicos como inorgánicos.
Los usos del mercurio
Como hemos comentado, antaño se usaba para multitud de funciones, incluidas las estéticas. Sin embargo, se ha demostrado que es altamente tóxico. Actualmente, sus utilizaciones siguen siendo numerosas, aunque se encuentra primordialmente en los termómetros y en ciertos interruptores eléctricos.
Y es que, hay que añadir que, a temperatura ambiente, si el mercurio no se encapsula, acaba por evaporarse parcialmente. Así es como crea vapores de mercurio inodoros e incoloros. Si se aumenta la temperatura, generará más vapores, lo que dicen que crea cierto sabor metálico en boca si se inhalan, cosa poco recomendable.
Actualmente, sus usos gaseosos son principalmente en la industria química por sus aplicaciones eléctricas y electrónicas. Por eso podemos encontrarlo en forma gaseosa en lámparas fluorescentes, por ejemplo.
Igualmente se utiliza en medicina, pero su alta toxicidad hace que cada día esté menos presente, por lo que se está sustituyendo por otros materiales menos peligros, pero más caros, como la aleación galinstano.
Así es el mercurio, ese famoso elemento químico que tanto usan los meteorólogos para hablar de las subidas y bajadas de las temperaturas, pero que tiene muchos más usos.