Lleva 2 años cerrada, pero Panamá sueña con reabrir una descomunal mina de cobre que supone el 5% de su PIB
La mina de cobre conocida como «Cobre Panamá» se convirtió en uno de los proyectos más relevantes del país en la última década. Inaugurada en 2019, supuso una inversión superior a los 10.000 millones de dólares por parte de la canadiense First Quantum Minerals.
El yacimiento, situado en Donoso, produjo cobre, oro y plata, y llegó a representar el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) de Panamá en su año de máxima actividad. El cierre de la mina, decretado a finales de 2023 tras un fallo de la Corte Suprema que declaró inconstitucional la concesión, desencadenó una serie de protestas y un intenso debate económico.
¿Por qué cerraron esta mina de cobre si era relevante para la economía panameña?
El cierre de esta mina de cobre no pasó desapercibido. Más de 7.000 trabajadores perdieron su empleo directo y decenas de empresas proveedoras se vieron afectadas. La controversia de la mina de Cobre Panamá comenzó con la aprobación de una nueva concesión por 20 años, en octubre de 2023.
La norma, conocida como Ley 406, fue rechazada por sectores sociales que denunciaron falta de beneficios para el Estado y riesgos ambientales.
Luego, la presión ciudadana derivó en protestas masivas y bloqueos en carreteras, especialmente en la autopista Panamericana, lo que obligó al entonces presidente Laurentino Cortizo a ordenar el cierre inmediato de las operaciones.
La Corte Suprema falló poco después que el contrato entre el Estado y la minera violaba más de veinte artículos de la Constitución. Entre los puntos más cuestionados figuraban las condiciones fiscales, las escasas garantías medioambientales y la ubicación del yacimiento dentro del Corredor Biológico Mesoamericano.
La sentencia llevó al Gobierno a detener toda actividad y mantener únicamente un equipo de mantenimiento para evitar el deterioro de las instalaciones.
Los números detrás de la mina de Cobre Panamá
Cobre Panamá ocupa una extensión de 13.600 hectáreas e integra cuatro zonas de extracción. Durante su operación, procesaba más de 85 millones de toneladas de mineral al año, produciendo más de 300.000 toneladas de cobre, el equivalente al 1,5% de la producción mundial.
Entre sus instalaciones destacan una central eléctrica de 300 megavatios y el puerto internacional de Punta Rincón, construido para exportar el concentrado de cobre.
En 2022, la explotación generó 2.959 millones de dólares en ingresos para First Quantum y aportó 443 millones en salarios, según un estudio interno de la consultora Indesa.
Pese a su magnitud, la mina de cobre también se convirtió en fuente de tensiones. Organizaciones ambientales denunciaron la contaminación de aguas subterráneas y la pérdida de biodiversidad, mientras comunidades cercanas señalaron que las promesas de desarrollo social no se habían cumplido.
El nuevo Gobierno y las presiones para reabrir el yacimiento
Con la llegada al poder del presidente José Raúl Mulino en 2025, la situación ha vuelto a moverse. El mandatario ha ordenado reactivar la planta eléctrica del complejo y vender los 250 millones de dólares en concentrado de cobre almacenados en la mina. Aunque no ha anunciado una decisión definitiva, ha manifestado su intención de «abrir el diálogo» sobre el futuro del proyecto.
Los grupos empresariales presionan para su reapertura, argumentando que la parálisis del yacimiento provocó pérdidas económicas y el cierre de empresas proveedoras. Según la Cámara Minera de Panamá, el 70% de las firmas vinculadas al sector se encuentra al borde de la quiebra.
Sin embargo, el movimiento «Panamá vale más sin minería», que agrupa a más de 40 organizaciones ambientales y cívicas, mantiene su oposición. Su directora, Lilian González Guevara, ha señalado que «el país ha crecido incluso sin depender de la minería», insistiendo en que el único diálogo posible debe centrarse en el cierre definitivo de la mina.
¿Cuáles son los valores y los riesgos del concentrado de cobre?
Mientras el debate político continúa, un tema urgente se impone: la gestión del concentrado de cobre almacenado. Este material, parcialmente procesado y rico en metales pesados, genera gases tóxicos y puede liberar polvo dañino para la salud y el medio ambiente.
El presidente de la Cámara Minera, Roberto Morales, advirtió de los riesgos que implica su prolongado almacenamiento, asegurando que «las reacciones químicas aumentan las temperaturas del material y amenazan la seguridad del personal».
La empresa First Quantum, por su parte, afirma que su prioridad es resolver la situación del concentrado y restablecer el diálogo con el Gobierno de Panamá. Su portavoz, Maru Gálvez, considera «urgente definir el destino del material y del proyecto».