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Un reciente hallazgo, respaldado por el Observatorio Austral Europeo, ha identificado tres planetas con tamaños y temperaturas similares a la Tierra en el sistema TRAPPIST-1, ubicado a unos 40 años luz de distancia.
Este descubrimiento, realizado con el telescopio TRAPPIST en el Observatorio La Silla (Chile), supone un avance significativo en la búsqueda de mundos habitables más allá de nuestro sistema solar y desafía nuestras ideas sobre la existencia de vida en el universo. Sigue leyendo para conocer más sobre este emocionante descubrimiento.
Tres planetas con condiciones prometedoras para una vida similar a la Tierra
El sistema TRAPPIST-1, situado en la constelación de Acuario, ha despertado el interés de científicos de todo el mundo. Este sistema está compuesto por siete planetas, de los cuales tres —TRAPPIST-1e, f y g— destacan por encontrarse dentro de la zona habitable, donde las temperaturas podrían permitir la presencia de agua, elemento esencial para la vida.
El trío de planetas presenta particularidades fascinantes. Los dos más cercanos a su estrella completan sus órbitas en 1,5 y 2,4 días respectivamente, mientras que el tercero tarda entre 4,5 y 73 días.
A pesar de su cercanía extrema a la estrella, los dos primeros planetas reciben sólo cuatro y dos veces la radiación que la Tierra recibe del Sol, mientras que el tercero probablemente reciba incluso menos. Esto coloca a los tres planetas dentro o cerca de la zona habitable.
En particular, TRAPPIST-1e es el más parecido a la Tierra, con una superficie rocosa y una composición similar. Los astrónomos especulan que la vida podría existir en zonas específicas del lado diurno, como en áreas de alba perpetua.
Además, la fuerza de las mareas podría mantener el calor en sus superficies, incluso en las regiones oscuras, creando un ambiente potencialmente apto para la vida.
El descubrimiento de planetas que marca un «cambio de paradigma»
Este hallazgo fue publicado en la revista científica Nature y es defendido con por científicos como Emmanuël Jehin, quien asegura que se trata de un cambio de paradigma. Por su parte, Julien de Wit, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (EEUU), calificó este descubrimiento como «un paso gigante en la búsqueda de vida en el universo».
Michaël Gillon, responsable del equipo del Instituto de Astrofísica y Geofísica de la Universidad de Lieja, añadió que «si queremos encontrar vida en otros lugares, ahí es donde debemos comenzar a buscar».
El sistema TRAPPIST-1 es único no sólo por sus características, sino también por su estrella, una enana ultrafría más pequeña y menos brillante que el Sol.
Esta peculiaridad permite que los planetas retengan calor y mantengan temperaturas más moderadas a pesar de sus órbitas extremadamente cercanas, entre 20 y 100 veces más próximas a su estrella que la distancia de la Tierra al Sol.
El futuro de la exploración de TRAPPIST-1
Los astrónomos ya están trabajando en el desarrollo de telescopios gigantes que permitirán estudiar las atmósferas de estos planetas en busca de agua y posibles trazas de actividad biológica. Según Julien de Wit, estas tecnologías podrían abrir una nueva era en la caza de exoplanetas habitables, ampliando la búsqueda de mundos «primos» de la Tierra.
Este descubrimiento, realizado con el apoyo del Observatorio Austral Europeo, no sólo amplía nuestra comprensión del universo, sino que también nos acerca más que nunca a responder una de las preguntas más fascinantes de la humanidad: ¿estamos solos?