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Descubre curiosas conclusiones según un nuevo estudio sobre la obesidad canina

La obesidad canina se puede relacionar con los hábitos del perro y su dueño humano

obesidad canina
Conoce curiosas conclusiones según un nuevo estudio sobre la obesidad canina

¿Por qué algunas razas son más propensas a sufrir obesidad canina que otras? ¿Hay algún motivo para que un perro, comiendo más o menos lo mismo que otro y en condiciones similares, tenga mayor tendencia a engordar? Eso parece haberse preguntado este nuevo estudio que ha llegado a curiosas conclusiones de las que nos hacemos eco a continuación.

Al parecer, hay cierta presencia de la influencia humana en el peso de un perro. Y es que, eso que se dice de que las mascotas se parecen a sus dueños, podría no ser del todo fabulado y tener algo de realidad.

Así se extrae de las conclusiones del estudio que acaba de ver la luz en el medio Royal Society Open Science, en el que sí que se observa que hay una estrecha relación entre humanos y caninos que podría relacionarse con la alimentación.

La influencia humana en la obesidad canina

Si hay dos especies en el mundo con tendencia a comer en exceso, esas son la canina y la humana. No hay mucha duda al respecto. Así se observa en este estudio que afirma que el 34% de los canes de compañía en EEUU sufren obesidad por tres causas principales, por estar esterilizados, por su predisposición genética y por sus hábitos cotidianos.

Así pues, dado que humanos y perros cohabitamos de forma habitual, ambas especies sufrimos ciertos factores externos comunes, como los causantes de la obesidad.

Pero no hay que olvidar que la obesidad no es nada buena para los canes. Los hace más apáticos y les impide realizar esfuerzos incluso por las recompensas.

Entre las razas caninas, el Beagle es la más tendente a sufrir obesidad debido a su comportamiento, así que, si convives con uno de ellos, tenlo muy en cuenta.

Es importante recordar que los hábitos alimenticios humanos influyen también en nuestros perros de compañía. Más allá de su genética y de la propia esterilización, el consumo de un exceso de calorías que luego no pueden quemar por falta de ejercicio podría ser clave.

Así que, si tu perro te pone sus habituales ojitos para que le des de comer alimentos que sabes que no son buenos para su organismo, trata de encontrar la fortaleza interior para no ceder, pues en realidad no le estás haciendo ningún favor, y a ti tampoco, ya que tu mascota tendrá peor salud, vivirá menos y no será tan feliz que con su alimentación equilibrada y común a su raza y tamaño.

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