Qué hacer cuando un recién nacido no duerme
Si tu bebé tiene dificultades para dormir, vamos a daros algunos consejos útiles y prácticos para crear la atmósfera adecuada y resolver el problema sin estrés para que se duerma con dulces sueños.
Que un bebé tenga dulces sueños es algo que todos los padres desean. A veces sin embargo, es imposible que el bebé se duerma tranquilamente o que no se despierte varias veces a lo largo de la noche, de modo que te ofrecemos a continuación las claves sobre qué hacer cuando un recién nacido no duerme y cómo conseguir por fin que descanse plácidamente.
Qué hacer cuando un recién nacido no duerme
Un recién nacido que no duerme siempre crea enormes inconvenientes, tanto físicos como psicológicos, pero también una gran preocupación para los padres, que a menudo no se sienten lo suficientemente preparados para enfrentar el problema. Si este es además un problema que lleva tiempo sucediendo, lo mejor es hacer una consulta con el pediatra, escuchar su opinión y evitar problemas de salud ; Si en cambio se trata de episodios esporádicos, podéis dejaros guiar por los consejos prácticos que os vamos a ofrecer a continuación.
La primera regla general, que es además algo muy necesario en el caso de tener un bebé que no lograr tener dulces sueños, es conseguir establecer una rutina diaria en la que incluir también el momento de acostar al bebé. De este modo estaremos construyendo el día de manera regular y el bebé se acabará acostumbrando a cada una de las fases del día, incluída la del sueño. Para ello debemos fijar el despertador y la comida del bebé siempre a la misma hora para dar regularidad a las actividades diarias y tranquilizar al bebé con un ritmo siempre igual y equilibrado. El ritmo biológico del sueño es, de hecho, uno de los factores determinantes para la salud y la tranquilidad del niño.
Un aspecto adicional que no debe subestimarse es el ambiente que se crea a la hora de acostar al bebé. Al igual que para los adultos, un entorno caótico y demasiado estimulante, o situaciones emocionalmente fuertes en el período inmediatamente anterior a la hora de acostarse, nos hace correr el riesgo de que el bebé se resista a tener dulces sueños y en su lugar, solo quiera mantenerse despierto y activo.
El consejo, especialmente en estas situaciones, es ralentizar los estímulos progresivamente preparando así al pequeño para el descanso y la tranquilidad. Una hora antes de ponerlo a dormir, comienza a apagar las luces más fuertes de la casa y deja solo pequeñas luces tenues , asegúrate además de que los colores de la habitación sean suaves y fríos, como azul claro, lila o verde, y baja el tono de voz. De esta manera, el niño tendrá la sensación de que todos los miembros de la familia se están preparando para acostarse y esto tenderá a tranquilizarlo.
Por último, otro aspecto importante a considerar, son las figuras que rodean al bebé durante todo el día y en especial a última hora. En este sentido, tenemos que procurar que el bebé no tenga mucha gente alrededor ya que esto podría desestabilizar su tranquilidad. A veces, la presencia de padres, abuelos, tíos, niñeras y amigos puede poner nervioso al recién nacido, en especial si estamos hablando de los momentos antes de llevarlo a dormir.
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