Unos padres recuperan a su hijo biológico después de un año y un error hospitalario

Unos padres recuperan a su hijo biológico después de un año y un error hospitalario
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En muchas ocasiones, hemos escuchado historias de mujeres a las que se les da un bebé equivocado nada más nacer en los hospitales e incluso hemos podido ver casos en series y películas, pero parece que, a pesar de todo, nos cuesta bastante creer que algo así puede suceder. Sin embargo, pasa y de eso es buen ejemplo una pareja que, después de un año de lucha, ha conseguido tener ya consigo por fin a su hijo biológico, que fue cambiado al nacer por un error en el hospital.

Los protagonistas

Los protagonistas y víctimas fundamentales de esta historia de errores hospitalarios y burocráticos son cuatro:

  • El padre, que responde al nombre de Rich Cushworth y que es norteamericano.

  • La madre, llamada Mercy Casanalles, que es oriunda de El Salvador.

  • Moisés, que es el hijo biológico de la pareja.

  • Jacob, que es el pequeño que les fue entregado como suyo aunque no lo era.

El origen de todo

Unos años atrás hay que remontarse en el tiempo para poder encontrar el origen de todo. Y es que fue tiempo atrás cuando Rich y Mercy se conocieron en la Escuela de la Misión de Cristo de las Naciones, situada en Dallas, y comenzaron una relación que poco después les llevó a tomar la decisión de pasar por el altar.

Así lo hicieron se casaron y comenzaron a intentar convertirse en padres. Y pronto esos intentos dieron sus frutos pues la mujer se quedó embarazada. Todo el periodo de gestación fue perfecto, pero hubo un contratiempo de última hora por cuestiones burocráticas, concretamente de visados. De ahí que se viera en la necesidad de tener que regresar a su país, a El Salvador, para dar a luz mientras que su esposo permanecía en Estados Unidos.

En su tierra fue donde parió y donde vivió una experiencia realmente única como fue tener a su bebé. Sin embargo, esa felicidad desbordante que sentía poco después se convirtió en una auténtica tragedia pues, en el momento, que le pusieron al pequeño en brazos, sintió que ese no era su hijo, que se habían equivocado.

El descubrimiento

A pesar de las manifestaciones vertidas por Mercy, nadie le hizo caso en el centro hospitalario y así fue como comenzó su vida con su esposo y un hijo, al que dieron en llamar Jacob. Sin embargo, seguía convencida de que tenía la razón y por ese motivo no dudó en someterse a unas pruebas de ADN para poder certificar si estaba en lo cierto o no.

De esta manera fue como, cuando el pequeño tenía dos meses de edad, se le otorgaron los resultados de las mencionadas pruebas y los mismos no dejaban lugar a dudas: ese niño no era suyo. De ahí que, de forma inmediata, lo comunicara a las autoridades, para que los bebés intercambiados pudieran estar con sus familias biológicas.

Y ese, como ha reconocido la pareja, fue un momento realmente duro, no ya sólo por descubrir que estaban en lo cierto y que se había cometido un grave error sino también porque únicamente tuvieron una hora para despedirse de Jacob, al que ya querían como un hijo propio, antes de que los responsables se lo llevaran de casa.

Pero no todo quedaba ahí. Ese era el inicio de otra etapa muy dura: la de dar con su verdadero hijo. No fue nada fácil, pero lo consiguieron, encontraron a Moisés. ¿Y entonces, qué sucedió? Pues que tuvieron que sufrir nuevamente y mucho, porque el gobierno de El Salvador se negaba a darles el certificado de nacimiento o el pasaporte para que el pequeño pudiera viajar con sus padres a Estados Unidos y comenzar así su vida en familia y en su verdadero hogar.

El presente y el futuro

Toda la lucha y el sufrimiento experimentado hasta el momento parece que ha llegado a su fin. Moisés tiene la documentación pertinente y estas pasadas horas ha conseguido, por fin, viajar a tierras norteamericanas con sus papás, donde ha sido recibido con un enorme cariño por toda la familia que les estaba esperando en el aeropuerto.

Sin embargo, hay un obstáculo para que esa felicidad sea completa y plena. Y es que el pequeño únicamente cuenta con un visado de tres semanas. No obstante, tanto sus padres como el abogado que tienen, Shaun Naidoo, consideran que se va a solucionar y que van a poder quedarse finalmente en Dallas sin ningún tipo de problemas y todos juntos. Es más, han manifestado que no sólo confían en las autoridades sino también en Dios, pues, según ellos, es el que siempre ha guiado su camino durante todos los hechos acontecidos.

Esperemos que sea así, que Moisés y sus padres, después de todo lo que han padecido, puedan cerrar ese capítulo realmente doloroso en sus vidas y comiencen otro lleno de futuro y felicidad.

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