Los niños hiperactivos. Todo lo que necesitas saber

Muchos padres se encuentran con la circunstancia de que consideran que sus hijos son hiperactivos. Y es que no paran de moverse, no hacen caso a lo que se les dice y además no tienen ningún tipo de capacidad de concentración. Ante esa circunstancia, deben optar por ponerse en manos de profesionales para ver si realmente tienen o no hiperactividad.

¿Cómo son los pequeños hiperactivos?

Los estudios llevados a cabo sobre la materia, han venido a determinar que un niño con hiperactividad cuenta con las siguientes características:

• Es muy impulsivo.
• Es bastante inquieto y nervioso.
• Le es imposible pasar mucho tiempo prestándole atención a algo en concreto.
• No muestra ningún tipo de sensibilidad a lo que son los castigos que se le pueden imponer por su conducta.
• Es desobediente, no hace caso de las normas que se le imponen o de las palabras que se le dicen.
• Sufre repentinos y frecuentes cambios de humor, sin que exista una razón para eso.

¿Qué causas propician la hiperactividad?

Existe la sensación generalizada de que hay cada vez más niños hiperactivos. De ahí que sean muchos los estudios que se han llevado a cabo por profesionales en los últimos años al respecto. En concreto, los análisis efectuados han dejado patente que fundamentalmente la causa de ese trastorno es una disfunción cerebral que afecta a la zona del comportamiento.

¿Qué síntomas indican que un niño es hiperactivo?

Numerosos son los indicativos que vienen a dejar patente que un menor tiene ese trastorno. No obstante, entre los más significativos se encuentran los siguientes:

• Muestra una nula capacidad para controlar sus acciones o sus comentarios. Y es que siempre dice lo que piensa, sin pensar en las consecuencias que eso puede traer consigo.
• Tiene dificultades notables tanto para atender como para pasar demasiado tiempo con una actividad concreta.
• Se distrae de manera habitual y frecuente.
• Siempre hace primero lo que le gusta o le apetece.
• No piensa nunca antes de actuar, ya que cuenta con una impulsividad notable.
• Manifiesta total y absoluta incapacidad para poder acabar cualquier tarea que haya empezado.
• Contesta a cualquier pregunta antes de que se le termine de formular.

¿Cómo se trata la hiperactividad?

Para poder frenar ese trastorno se hace necesario ponerse en manos de profesionales médicos, ya que son los que saben qué tratamiento establecer. En concreto, podemos determinar que este será personalizado, pues cada caso requiere unas medidas u otras. No obstante, estos son los tratamientos más habituales:

• Cognitivo. Con este método lo que se persigue es que el pequeño aprenda a planificar sus actos y también a mejorar su capacidad de lenguaje. ¿Cómo se consigue? Mediante la realización de distintas tareas.
• Farmacológico. Sedantes o estimulantes, según la situación de cada niño, son los medicamentos habituales que se usan para hacerle frente a este trastorno.
• Psicoterapéutico. Este tratamiento se basa fundamentalmente en el aprendizaje de técnicas de modificación de conducta. Y es que esta es la manera de que el menor pueda mejorar su vida, tanto a nivel escolar como familiar.