La microbiota en recién nacidos: ¿cómo cambia en los primeros meses de vida?
Una realidad compleja y fundamental para la salud del niño
La microbiota: un nuevo paradigma de salud
Con estos sencillos trucos puedes mejorar la microbiota intestinal
La microbiota en recién nacidos: ¿cómo cambia en los primeros meses de vida?. La microbiota es el conjunto de microorganismos que viven en nuestro cuerpo y que cumplen funciones importantes para nuestra salud. La microbiota más relevante es la intestinal, que influye en la digestión, el desarrollo del sistema inmunológico y el equilibrio orgánico. La microbiota también se encuentra en otras zonas del cuerpo, como la piel, la boca y el tracto uro-genital.
Cómo cambia la microbiota del recién nacido
La microbiota del recién nacido comienza a formarse antes del parto, pero es con el nacimiento cuando se establece de forma más definitiva. El tipo de parto y el tipo de alimentación son los factores que más influyen en la composición de la microbiota del bebé.
Cómo afecta el parto a la microbiota del bebé
Si el parto es natural, el bebé adquiere una flora similar a la de la vagina de su madre, con predominio de bacterias como Lactobacillus, Prevotella o Sneathia. Estas bacterias estimulan el sistema inmune del recién nacido y le ayudan a tolerar los microorganismos que va a encontrar en su entorno.
Si el parto es por cesárea, el bebé recibe microorganismos de la piel de la madre y del personal médico, con predominio de bacterias como Staphylococcus, Corynebacterium o Propionibacterium. Estas bacterias pueden alterar el equilibrio de la microbiota intestinal y favorecer el desarrollo de enfermedades atópicas e inflamatorias.
Cómo afecta la alimentación a la microbiota del bebé
La alimentación también es clave para el desarrollo de la microbiota del recién nacido. La leche materna contiene componentes que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas, como las bifidobacterias, y que protegen al bebé de infecciones. La leche materna también aporta anticuerpos e inmunoglobulinas que refuerzan el sistema inmune del niño.
La leche de fórmula, en cambio, puede favorecer el crecimiento de bacterias potencialmente patógenas, como Clostridium difficile o Escherichia coli. Estas bacterias pueden causar diarreas, cólicos o alergias alimentarias.
La microbiota del recién nacido cambia a lo largo de los primeros meses de vida, según se va adaptando a los cambios en la alimentación y el ambiente. Se considera que alrededor del primer año de vida se alcanza una microbiota estable y madura, similar a la de un adulto.
La microbiota del recién nacido es fundamental para su salud y su desarrollo. Por eso, es importante cuidar los factores que influyen en su composición y evitar las alteraciones que puedan comprometer su equilibrio.
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