Investigadas tres trabajadoras de un colegio en Madrid por presuntos malos tratos a un niño con autismo
Cuando unos padres llevan a sus hijos al centro escolar de turno lo hacen apostando por su educación y teniendo la tranquilidad de que allí van a estar bien cuidados y atendidos. No obstante, en puntuales excepciones los adultos se topan con otra realidad, la de que allí los menores no son tratados como debería ser. Y de eso es un buen ejemplo el caso que ahora se ha convertido en noticia. Nos estamos refiriendo al hecho de que tres trabajadoras de un colegio de Madrid están siendo investigadas en este momento por presuntos malos tratos a un niño con autismo.
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¿Dónde se ha producido este caso?
Como hemos mencionado, esta historia se ha producido en la Comunidad de Madrid. Más en concreto podemos subrayar que en el Colegio de Educación Especial Santiago Ramón y Cajal de la ciudad de Getafe.
Los protagonistas
Varias son las figuras que se han convertido en noticia debido a este caso que ha saltado a los medios de comunicación:
- Eduardo, el niño con el mencionado trastorno neurobiológico del desarrollo que presuntamente podría haber sido víctima de tratos vejatorios por parte de algunas empleadas del centro escolar.
- Los padres del menor que, al ver que la actitud de su hijo había cambiado, decidieron investigar qué sucedía en el colegio.
- Las tres trabajadoras del centro (tutora, auxiliar de enfermería y profesora de apoyo) que están siendo investigadas por presuntos malos tratos al pequeño.
El origen de la historia
Aunque ha sido ahora cuando se ha dado a conocer el caso, parece ser que el origen del mismo se encuentra en el pasado mes de enero. Y es que fue entonces cuando los padres de Eduardo se percataron de que el comportamiento de su hijo había cambiado de forma notable. Así, al parecer, mostraba una ansiedad, agresividad e impulsividad que jamás había tenido y que se produjo al comenzar las clases.
Esa situación les hizo sospechar que algo estaba pasando.
Los padres del niño con autismo empiezan a sospechar y toman medidas
Precisamente para poder salir de dudas sobre las causas del comportamiento de su hijo, los adultos apostaron por colocarle a su hijo un dispositivo de grabación escondido en su ropa. De esta manera, pretendían descubrir qué le sucedía en el centro escolar de Getafe. Y lo consiguieron. Durante un total de cuatro días pudieron grabar las situaciones a las que el menor tenía que hacerle frente a diario.
Lo descubierto
Según se ha dado a conocer, al parecer las grabaciones obtenidas por los padres vienen a exponer que Eduardo era sometido a un trato vejatorio por parte de las trabajadoras investigadas. Y es que, según ha expuesto la madre en distintos medios de comunicación, se burlaban de su manera de comunicarse, le amenazaban con pincharle en el culo si se portaba mal, le decían que le tirarían agua si no se comportaba adecuadamente…
Unas situaciones que, de manera inmediata, fueron denunciadas por los progenitores de Eduardo. Un pequeño este que dejó las clases en el centro y que ha tenido que permanecer ingresado un total de quince días en el Hospital Niño Jesús por sus episodios de inquietud y alteraciones del comportamiento, como ha venido a exponer un psiquiatra del centro médico.
¿Y ahora?
En estos momentos, como hemos mencionado, las tres trabajadoras están siendo investigadas por lo sucedido a raíz de la denuncia que los padres del menor interpusieron en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Getafe. Unas mujeres que han manifestado que no tuvieron intención de maltratar al pequeño y que simplemente siguieron las pautas o técnicas que se establecen desde el propio centro escolar. No obstante, lo cierto es que este ha expuesto, a su vez, que no solo desconoce las medidas denunciadas por la familia sino que, además, son ajenas por completo a su intervención.
Mientras todo se aclara, Eduardo está asistiendo a otro colegio y continua con su medicación para poder superar lo vivido.
Por su parte, se continúa con la investigación para poder saber a ciencia cierta cómo era tratado el menor. Y para eso no solo han prestado declaración las tres trabajadoras sino, según algunas fuentes, dos personas más como testigos.