Increíble: impiden a una mujer viajar en primera clase por ir con su bebé

Increíble: impiden a una mujer viajar en primera clase por ir con su bebé
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¿Hasta dónde hemos llegado? ¿Qué le pasa a nuestra sociedad? Estas son algunas de las preguntas que nos hemos hecho al conocer lo que ha sucedido en Inglaterra. En concreto, lo que ha pasado es que a una mujer se le ha impedido viajar en un tren de primera clase porque iba con su bebé.

Sí, como lo lees. Los pasajeros de esa “categoría” parece que le negaron esa posibilidad porque querían hacer un viaje tranquilo, según expusieron. Pero vamos que la mamá había pagado su billete como los demás.

Increíble, pero cierto.

Los protagonistas

En Inglaterra, como te hemos dado a conocer, es donde se ha producido esta situación que gira en torno a la madre y a su bebé, que, por distintas circunstancias, tenían que viajar en primera clase.

No obstante, otros protagonistas del caso son varias de las personas que también iban en ese vagón y que se opusieron a que la mujer y su pequeño fueran en el mismo. Tenían claro que el menor en algún momento se pondría a llorar y querían tener un trayecto tranquilo.

El origen de los hechos

Desde hace unas jornadas, en el mencionado país existe una huelga en materia ferroviaria que está provocando auténticos colapsos y problemas de transporte para numerosos ciudadanos. En concreto, los mayores contratiempos se están produciendo en lo que son los vagones del Southern Rail.

Esa circunstancia propició que una mujer que tenía que viajar con su bebé, al que llevaba en una de esas mochilas que se colocan en la zona del pecho, se viera en la necesidad de tener que comprar un billete en primera clase. Y es que no tenía más posibilidades si quería llegar a su destino.

No obstante, a pesar de haber pagado “religiosamente” el ticket, parece que no lo iba a tener fácil.

¿Viajar en primera clase? De eso nada

La mamá, billete en mano y con su hijo, procedió a subir al tren y accedió al vagón de primera en el que debía viajar. Una vez allí se dirigió hacia uno de los asientos que estaba libre, porque no había nadie sentado, únicamente se encontraba el bolso de la mujer que estaba al lado.

De manera amable, le pidió a la viajera que retirara sus pertenencias para poder sentarse e incluso le expuso que si quería le podía subir las mismas al maletero. Sin embargo, cual fue la sorpresa de esa madre cuando esa señora le dijo que no podía ponerse a su lado con un bebé e incluso se molestó.

El pequeño estaba absolutamente tranquilo y en silencio. No obstante, esa mujer le espetó que se pondría a llorar y que eso le molestaría enormemente.

Pero ahí no acaba la cosa. Esa situación se empezó a complicar cuando otros pasajeros del mismo vagón de primera también se negaron a que en el mismo estuviera la mujer con su hijo. ¿Qué argumentos usaban? Los mismos que la primera “opositora”, que el niño les molestaría y que eso ocasionaría que no pudieran realizar el trayecto en silencio.

Como es de imaginar, no todos fueron “ataques” a la progenitora. También hubo personas que decidieron respaldarla, argumentando que, debido a la huelga, podría sentarse donde quisiera e incluso que el niño no estaba dando ningún problema.

Una compleja situación que generó un notable malestar entre unos y otros viajeros.

¿Y entonces?

Demostrando más educación que muchos de esos viajeros de primera clase, la mamá, que no estaba dispuesta a generar un conflicto y que no quería que su hijo fuera increpado en algún momento, optó por salir del vagón. Pensó que la mejor alternativa era no viajar en el mismo, a pesar de que sí había pagado un billete para hacerlo en esa zona del tren.

Tomó la determinación de marcharse a otro. Eso sí, lo hizo de una manera muy peculiar. En concreto, se encaminó a otro vagón pidiendo disculpas a los viajeros. Sí, como lo lees. Les pidió disculpas pero no por lo sucedido, de lo que ella no tenía culpa, sino por “haber respirado el aire del vagón de primera clase”.

Un comentario realmente irónico, sarcástico y directo que fue correspondido con las alabanzas de quienes le habían defendido.

Su caso ha saltado a los medios de comunicación y a las redes sociales, pues resulta realmente vergonzoso que situaciones como esas tengan lugar. No obstante, todos o casi todos hemos sido testigos de algunas parecidas cuando hemos viajado en tren o en avión y algún bebé se ha puesto a llorar.

Todos deberíamos reflexionar al respecto y llegar a un punto de entendimiento y comprensión.

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