Dos guardias civiles salvan la vida de un bebé
Hoy un pequeño de Córdoba puede decir que tiene dos ángeles de guarda que le han ayudado a poder estar vivo. Se trata ni más ni menos de dos Guardias Civiles (Gabriel y Francisco) que, gracias a su profesionalidad y su rapidez de actuación, han hecho que hoy ese niño esté en perfecto estado al lado de sus padres y demás familiares, en casa.
El protagonista
El pequeño que se ha convertido en protagonista de los medios de comunicación es un bebé cordobés de 18 meses de edad que este pasado sábado 20 de febrero estuvo a punto de perder la vida. Y todo porque se encontraba con fiebre alta y esta le había provocado un serio problema respiratorio que le hizo perder la consciencia.
Los hechos
Después de descubrir lo que estaba sucediéndole al niño, su madre no dudó en meterlo en el coche y rápidamente se dirigió hacia el hospital más cercano, el Reina Sofía. Nerviosa por el estado de su hijo era como se encontraba la mujer que mientras conducía no dejaba de pensar en otra cosa que no fuera su bebé.
Sin embargo, en ese trayecto se topó con un problema, la carretera contaba con muchísimo tráfico y era imposible avanzar de manera urgente como necesitaba. Por eso, al ver a una patrulla de la Guardia Civil, detuvo su vehículo y rápidamente se fue hacia los dos agentes para pedirles que le ayudarán, que su hijo estaba en estado crítico.
Sin pensarlo dos veces, los miembros de la Benemérita procedieron a correr hasta el coche de la mujer y allí fue donde vieron que el bebé no sólo estaba inconsciente sino que tenía dificultades para respirar. Intentaron descubrir qué le sucedía y al no encontrar nada decidieron tomar un camino en pro de proteger la vida del pequeño: optaron por colocarle en la boca una de las boquillas que utilizan estos agentes en los controles de alcoholemia. El objetivo no era otro que evitar que el menor pudiera ahogarse con su propia lengua o incluso asfixiarse.
¿Y después?
De manera inmediata, después de haber uso de la citada boquilla, los agentes de la Guardia Civil tomaron al bebé en brazos, lo metieron dentro de su coche, en el que también se metió la madre, y a toda velocidad se dirigieron al hospital Reina Sofía. Un trayecto durante el cual, quizás gracias a la medida que habían realizado, el niño pareció comenzar a reaccionar y no sólo volvió a respirar sino que también vomitó.
Al citado centro sanitario lo avisaron, nada más arrancar, de que llegaban con un niño en una situación de emergencia para que así todos los médicos estuvieran preparados. Y así fue, al llegar al mismo ya se habían puesto en marcha medidas y varios doctores y enfermeros estaban en la puerta esperando la llegada del menor, al que atendieron nada más bajarse del vehículo.
¿Qué ha pasado?
Después de toda esa complicada situación, hay que exponer que el bebé de 18 meses ha conseguido salir adelante y se encuentra en perfecto estado de salud, habiendo recibido ya el alta y encontrándose en casa. Todo gracias al trabajo de los doctores que le han atendido, pero, sobre todo, de sus dos citados ángeles de la guardia, a los que la madre del niño les ha agradecido enormemente todo lo que han hecho.
Francisco y Gabriel, que no han dudado en informarse para saber el estado del menor, se han convertido así en dos salvadores que están copando las portadas de los medios de comunicación. Ambos han manifestado que lo único que han realizado es su trabajo, no obstante, no han dudado en reconocer que siempre salvar una vida es altamente reconfortante, especialmente en el caso de un niño pequeño, y que situaciones como esa vienen a dejarles patente lo importante que es la labor que realizan día a día. De la misma manera, eso les ha servido para tener aún más claro si cabe que les encanta su profesión y que esta les hace sentirse orgullosos y satisfechos ante hechos como este que ha tenido lugar.
De la misma manera, los dos citados agentes no han dudado tampoco en alabar el papel que desempeñó la madre del menor. Y es que, a pesar de su lógico nerviosismo por el estado en el que se encontraba su hijo, afirman que supo reaccionar muy bien ante los hechos, que tuvo la lucidez necesaria para pedir ayuda a la autoridad porque en caso contrario no hubiera llegado al hospital por el tráfico que existía y que bajo ningún concepto perdió los papeles.
Una noticia esta, por tanto, que afortunadamente ha tenido un final feliz gracias al trabajo de las autoridades que día tras día se encargan de velar por nuestro bienestar.