La frase de 7 palabras que está machacando la autoestima de tu hijo sin que te des cuenta
La autoestima de tu hijo se construye desde la manera en que se reconocen y validan sus emociones. En muchos hogares, se repiten expresiones que, sin intención, limitan la posibilidad de que los niños aprendan a gestionar su dolor y sus sentimientos. Los adultos suelen buscar consolar rápidamente, pero no siempre se tiene en cuenta cómo el mensaje llega al menor.
Frases que parecen neutras, como parte de la rutina diaria de la crianza, pueden transmitir mensajes contradictorios. Los niños observan y absorben señales sobre lo que está permitido sentir y cómo deberían reaccionar ante un daño o un susto.
¿Cuál es la frase de 7 palabras que está machacando la autoestima de tu hijo?
La frase «no llores, que no ha sido nada» es un claro ejemplo de cómo los padres subestiman el poder de las palabras y tiene implicaciones directas sobre la autoestima de tu hijo.
Y es que cuando un niño se cae y llora, es habitual que el adulto intente consolarlo con palabras que minimizan su experiencia.
Decir «no llores, que no ha sido nada» transmite que lo que siente el niño no es importante. Desde la perspectiva del menor, esto genera una contradicción: su dolor existe y es real para él, pero el adulto lo niega.
Este tipo de respuestas impide que el niño aprenda a reconocer y procesar sus emociones. Llorar no es un signo de debilidad, sino una manera natural de gestionar el malestar. Cuando se le restringe o invalida esa emoción, se envía un mensaje sobre lo que se considera aceptable sentir, afectando la autoestima de tu hijo.
Efectos de la invalidación emocional en la autoestima
Varios estudios en psicología del desarrollo destacan cómo los mensajes de minimización afectan a los niños:
- Un estudio longitudinal, publicado en Child and Adolescent Psychiatry and Mental Health, con niños de 8 a 13 años encontró que aquellos que percibían un mayor control psicológico maternal mostraban niveles más bajos de autoestima con el tiempo. La dinámica es similar a la frase “no ha sido nada”, ya que ambos implican invalidación emocional.
- Revisiones, rescatadas por Journal of Adolescence y que abarcan más de 50 estudios, confirman que el apoyo parental fortalece la autoestima, mientras que la desaprobación o el control psicológico la reduce.
Cuando un niño percibe que sus emociones no son tomadas en serio, interioriza que su voz y su experiencia no tienen valor. Esto limita su capacidad de autorregulación emocional y genera inseguridad, afectando la autoestima de tu hijo.
«No llores, que no ha sido nada»: el impacto psicológico de esta desaprobación
Decir “no ha sido nada” no siempre busca castigar, pero funciona como una forma de desaprobación implícita:
- El niño puede interpretar que llorar está mal.
- Aprende que la vulnerabilidad no es aceptable.
- Se genera un patrón donde la emoción solo es válida bajo ciertas condiciones no expresadas.
Estudios con adolescentes coreanos y revisiones internacionales muestran que la desaprobación parental está asociada a una menor autoestima. Los mensajes que invalidan los sentimientos fomentan que el niño se sienta inadecuado, inseguro y poco valorado.
Estrategias alternativas para favorecer la autoestima de tu hijo
Para cuidar la autoestima de tu hijo, es importante acompañar sus emociones sin minimizarlas. Algunas estrategias de crianza al respecto son los siguientes:
- Reconocer el sentimiento. Usar frases como «Veo que te duele» o «Entiendo que tengas miedo».
- Permanecer cerca, ofreciendo seguridad y apoyo físico o verbal.
- Permitir que el niño exprese su dolor sin presiones.
- Enseñar gradualmente herramientas de autorregulación emocional, respetando sus tiempos.
Estos métodos refuerzan la confianza del niño en sus capacidades y validan su experiencia desde la inteligencia emocional, construyendo una base sólida para la autoestima.