Exceso de saliva durante el embarazo: causas y cómo aliviar
El exceso de saliva en el embarazo estaría ligado a los cambios hormonales
Remedios para evitar esta condición y cuándo visitar al pediatra
¿Cómo saber si estoy embarazada? Síntomas del embarazo


Sabemos que el embarazo es una etapa increíblemente especial, pero no siempre fácil. Además de las típicas náuseas y el cansancio, hay otros síntomas que pueden sorprender a las futuras madres. Uno de ellos, del que se habla poco, es el exceso de saliva. Aunque pueda parecer un tema menor, muchas mujeres se encuentran lidiando con una producción inusualmente alta de saliva, una condición que puede ser molesta, incómoda e incluso desconcertante. ¿Por qué ocurre esto? ¿Es normal? Lo cierto es que este síntoma tiene explicaciones lógicas relacionadas con los cambios hormonales que atraviesa el cuerpo durante esta etapa.
El exceso de saliva, conocido como sialorrea, puede comenzar en el primer trimestre y acompañar a algunas mujeres a lo largo del embarazo. Este fenómeno está vinculado a los drásticos cambios hormonales, específicamente el aumento de los niveles de estrógenos y progesterona. Estas hormonas no sólo afectan al sistema reproductivo, sino que impactan en otras partes del cuerpo, como las glándulas salivales, estimulando una mayor producción de saliva. Además, este exceso de saliva puede estar relacionado con las náuseas y el reflujo gástrico, dos problemas que resultan bastante comunes en los primeros meses del embarazo. De hecho, muchas mujeres experimentan un ciclo incómodo: las náuseas aumentan la producción de saliva, y tragar grandes cantidades de saliva puede, a su vez, empeorar las náuseas, de modo que urge encontrar una solución para aliviar la condición que puede llegar a ser algo estresante.
De este modo, a pesar de que el exceso de saliva puede parecer un problema extraño o incluso vergonzoso, es una experiencia más común de lo que parece. Si bien es poco probable que desaparezca de inmediato, hay formas de manejarlo. La buena noticia es que este síntoma tiende a disminuir hacia el segundo trimestre en la mayoría de los casos. Ahora que conocemos un poco más sobre las causas, exploremos qué se puede hacer para aliviar este molesto síntoma.
¿Por qué se produce el exceso de saliva en el embarazo?
El embarazo es una revolución hormonal. Las hormonas que permiten el crecimiento y desarrollo del bebé también tienen efectos en todo el cuerpo de la madre. En este caso, la combinación del aumento de los niveles de estrógenos y progesterona tiene un impacto directo sobre las glándulas salivales. Estas glándulas, ubicadas en diferentes partes de la boca, se activan más de lo habitual, produciendo más saliva de la que realmente se necesita. Este proceso es completamente natural, pero puede ser bastante incómodo.
Además de los cambios hormonales, el aumento de la saliva también puede estar vinculado a las náuseas del embarazo, particularmente las que se experimentan en el primer trimestre. Las mujeres que sufren de hiperémesis gravídica, una forma extrema de náuseas matutinas, suelen reportar una producción excesiva de saliva. Esto se debe a que la presencia de saliva extra puede ser un mecanismo del cuerpo para proteger el esófago del ácido estomacal cuando ocurren episodios de vómitos.
Factores que agravan la producción de saliva
Si bien las hormonas son la principal causa de la sialorrea, hay otros factores que pueden agravar esta condición. Uno de ellos es el reflujo gastroesofágico, que es cuando el ácido del estómago regresa al esófago, causando ardor y malestar. En respuesta a esto, el cuerpo puede producir más saliva para neutralizar el ácido, lo que agrava el problema. Además, algunas mujeres embarazadas pueden notar que ciertos alimentos, especialmente los ácidos o picantes, aumentan aún más la producción de saliva. Esto es algo importante a tener en cuenta, ya que evitar ciertos desencadenantes puede ayudar a controlar el síntoma.
Otro factor a considerar es la presencia de infecciones o irritaciones en la boca, como la gingivitis, que es bastante común durante el embarazo debido a los cambios hormonales. Una boca inflamada o sensible puede provocar que las glándulas salivales se activen, produciendo más saliva de lo normal. Por lo tanto, mantener una buena higiene bucal y visitar al dentista regularmente es crucial para reducir la posibilidad de que estas infecciones aumenten el problema.
Cómo aliviar el exceso de saliva durante el embarazo
Afortunadamente, aunque el exceso de saliva puede ser un problema molesto, hay algunas medidas sencillas que pueden ayudar a aliviar los síntomas. Una de las soluciones más efectivas es masticar chicle sin azúcar. Esto no solo ayuda a tragar el exceso de saliva de manera más regular, sino que el sabor a menta puede calmar las náuseas. Además, beber pequeñas cantidades de agua con frecuencia también puede mantener la boca más seca, especialmente si se añade un poco de limón, lo que puede ayudar a neutralizar el exceso de saliva.
Otra opción es evitar los alimentos que agraven el problema. Como mencionamos antes, los alimentos ácidos, picantes o con muchas especias pueden aumentar la producción de saliva, por lo que es recomendable evitarlos o consumirlos con moderación. Asimismo, es buena idea dividir las comidas en porciones más pequeñas a lo largo del día para no sobrecargar el sistema digestivo.
Además de estos consejos, hay quien encuentra alivio llevando consigo un pequeño frasco con agua o jugo de limón para enjuagarse la boca durante el día. Este sencillo hábito no solo ayuda a mantener la boca más fresca, sino que también puede reducir la sensación de acumulación de saliva.
¿Cuándo consultar al médico?
Si bien el exceso de saliva es normal durante el embarazo, hay casos en los que puede ser útil consultar a un médico. Si el problema es tan severo que interfiere con la capacidad de comer o dormir, o si se acompaña de otros síntomas preocupantes como dolor, irritación constante en la boca o garganta, es recomendable buscar orientación profesional. En algunos casos, el médico puede recetar medicamentos suaves para controlar el reflujo gástrico o las náuseas, lo que puede disminuir la producción de saliva.