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Embarazo de alto riesgo: 10 alimentos que te ayudan a cuidar tu salud y la de tu bebé

En un embarazo de alto riesgo es muy importante cuidarse bien, también en la alimentación

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Los mejores alimentos que puedes comer en un embarazo de alto riesgo
Blanca Espada

Un embarazo de alto riesgo es aquel que presenta alguna complicación médica que puede afectar la salud de la madre o del bebé, como diabetes, hipertensión, preeclampsia, obesidad, edad avanzada o parto prematuro. En estos casos, es fundamental seguir las indicaciones del médico y llevar una alimentación saludable y equilibrada que aporte los nutrientes necesarios para el desarrollo del bebé y la prevención de problemas. Descubramos a continuación, 10 alimentos recomendados en un embarazo de alto riesgo.

Alimentos para un embarazo de alto riesgo

Los alimentos para un embarazo de alto riesgo deben ser seleccionados según las características de cada caso, pero en general se recomienda incluir los siguientes grupos:

  1. Frutas y verduras: son fuentes de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra que ayudan a prevenir el estreñimiento, las infecciones y los defectos del tubo neural en el bebé. Se aconseja consumir al menos cinco porciones al día, preferiblemente frescas y variadas. Algunas frutas y verduras de bajo índice glucémico que se pueden comer son el aguacate, la pera, el melocotón, las manzanas, el kiwi, las espinacas, el brócoli y las zanahorias.
  2. Cereales integrales: son ricos en carbohidratos complejos, fibra, ácido fólico y otros nutrientes que aportan energía y previenen la anemia y los defectos del tubo neural en el bebé. Se recomienda elegir cereales fortificados con ácido fólico y consumir al menos seis porciones al día. Algunos ejemplos son el pan integral, la avena, el arroz integral y la quinoa.
  3. Proteínas magras: son esenciales para la formación de los tejidos del bebé y la madre. Se deben consumir al menos tres porciones al día de alimentos como el pescado (preferiblemente azul), el pollo, el pavo, los huevos, las legumbres (lentejas, frijoles o garbanzos) y los frutos secos (maníes o cacahuates, nueces o almendras). Se debe evitar el consumo de carnes rojas, embutidos, mariscos crudos o poco cocidos y quesos no pasteurizados por el riesgo de infecciones o toxoplasmosis.
  4. Pescado azul: es una fuente de proteínas y omega-3, que son ácidos grasos esenciales para el desarrollo del cerebro y la visión del bebé. Se recomienda consumir al menos dos porciones a la semana de pescados como el salmón, el atún, la sardina o la caballa. Se debe evitar el consumo de pescados con alto contenido de mercurio, como el pez espada, el tiburón o el marlín.
  5. Lácteos: son fuentes de calcio, proteínas y otros nutrientes que contribuyen al fortalecimiento de los huesos y dientes de la madre y el bebé. Se deben consumir al menos cuatro porciones al día de leche, yogur o queso bajo en grasa. Se debe evitar el consumo de leche no pasteurizada o productos lácteos elaborados con ella por el riesgo de infecciones.
  6. Quinoa: es un pseudocereal que contiene todos los aminoácidos esenciales, lo que la convierte en una proteína completa. También es rica en fibra, hierro, magnesio y ácido fólico12. Se puede consumir como sustituto del arroz o la pasta, o añadirla a ensaladas, sopas o postres.
  7. Frutos Secos: Se pueden tomar frutos secos en un embarazo de alto riesgo, siempre que no haya alergia y se consuman con moderación. Los frutos secos son una gran fuente de nutrición durante el embarazo, ya que aportan proteínas, grasas saludables, fibra, antioxidantes, minerales y vitaminas. Algunos de los frutos secos que se pueden comer en el embarazo son las almendras, los anacardos, los pistachos, las nueces, los maníes o cacahuates, las avellanas y las semillas de girasol. Se recomienda consumir un puñado al día (unos 30 gramos) y preferiblemente crudos o tostados sin sal ni azúcar.
  8. Semillas de girasol: son una fuente de grasas saludables, proteínas, fibra y antioxidantes. También contienen vitamina E, magnesio y selenio, que son importantes para el sistema inmunológico y la protección celular. Se pueden consumir como snack o añadirlas a ensaladas, yogures o panes.
  9. Grasas saludables: son necesarias para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé. Se deben consumir con moderación alimentos como el aceite de oliva, el aguacate, los frutos secos y las semillas. Se debe evitar el consumo de grasas saturadas o trans que se encuentran en alimentos procesados, fritos o dulces por el riesgo de obesidad o complicaciones cardiovasculares.
  10. Agua: es vital para mantener una buena hidratación y evitar la retención de líquidos, los calambres y las infecciones urinarias. Se debe beber al menos dos litros de agua al día o más según las necesidades individuales. Se debe evitar el consumo de bebidas alcohólicas, azucaradas, con cafeína o edulcorantes artificiales por el riesgo de deshidratación, alteraciones en el desarrollo del bebé o complicaciones en la madre.

Estos son algunos de los alimentos que te ayudan a cuidar tu salud y la de tu bebé en un embarazo de alto riesgo. Recuerda que debes consultar con tu médico sobre la dieta más adecuada para tu caso y seguir sus recomendaciones. Una alimentación saludable es una forma de proteger a tu bebé y a ti misma de posibles problemas o complicaciones en tu embarazo.

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