Ecografía 4D: ¿Cuándo se hace?
El avance a pasos agigantados de la tecnología ha propiciado, entre otras muchas cosas, que se le dé forma a la llamada ecografía 4D. Esta viene a ser una mejora notable de la ecografía tradicional que se caracteriza por permitir mostrar al bebé en tres dimensiones e incluso en movimiento.
Poder conocer el rostro del niño antes de que nazca y asegurarse de que se encuentra en perfecto estado de salud es lo que lleva a muchas madres a tomar la decisión de realizarse esta prueba que, por el momento, sólo está disponible en las clínicas privadas.
Si tras pensarlo mucho has tomado la decisión de pagar unos 200 euros por hacerte una ecografía de este tipo, es fundamental que sepas qué puedes esperar de la misma, para que así no puedas desilusionarte con el resultado. Así, si continúas leyendo podrás adivinar que será lo que verás en función de la semana de gestación en la que la lleves a cabo:
Periodo semanas 16–20
La mayoría de los profesionales especialistas de las ecografías 4D coinciden en subrayar que el mejor momento para realizárselas es el que va de la semana 25 de gestación a la 31, ya que el feto está muy activo y cuenta con una apariencia formada. No obstante, se puede llevar a cabo antes de ese tiempo.
Así, por ejemplo, las embarazadas que tomen la decisión de acometer esta prueba entre las semanas comprendidas entre la 16 y la 20 deben saber cómo verán a sus bebés. En concreto, en ese periodo hay que tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Ya se podrá distinguir el sexo del pequeño.
- Las dimensiones de la cabeza del niño son muy grandes en proporción a su cuerpo, ya que prácticamente ambas tienen el mismo tamaño.
- Los movimientos del bebé también podrán apreciarse.
- No hay que pasar por alto que lo que son los brazos y las piernas son delgados y largos.
- Es importante que la mujer que desee realizarse la ecografía en esta fecha tenga en cuenta que a esa altura del periodo de gestación los párpados siguen cerrados, por lo que será imposible que vea a su hijo con los ojos abiertos.
Periodo semanas 21–25
Uno de los aspectos más especiales de los que disfrutan los padres que apuestan por las ecografías 4D en estos momentos es que, además de todo lo expuesto en el apartado anterior, ya podrán ser testigos de los primeros gestos de sus bebés, como el bostezo o incluso la sonrisa. Todo eso sin pasar por alto que los rostros de los mismos estarán mucho más formados y definidos, de ahí que ya se les puedan “sacar” algunos parecidos con sus papás e incluso con otros familiares cercanos.
En concreto, podemos establecer que en este periodo, el pequeño pesa menos de 1 kilo, tiene las pestañas y las cejas formadas e incluso empiezan a desarrollarse lo que son las huellas de las palmas de las manos y de los pies.
Periodo semanas 26–31
Sin lugar a dudas, el momento idóneo y más recomendado por los profesionales para llevar a cabo una prueba como la que nos ocupa es este. ¿Por qué? Porque permite disfrutar de imágenes que eran impensables en periodos anteriores. Eso sí, hay que tener en cuenta que ahora el niño ya tiene unas dimensiones notables, por lo que la prueba permitirá obtener imágenes de diversas partes del cuerpo.
En concreto, quienes se sometan a esta ecografía tendrán la oportunidad de ser testigos de todo esto:
- La cara del niño se encuentra totalmente formada, por lo que se podrán apreciar perfectamente los rasgos de su rostro e incluso como abre y cierra sus ojos. Ya se podrá ver cómo será su cara cuando nazca.
- De la misma manera, es habitual que se asista a cómo el pequeño realiza otra serie de gestos faciales habituales.
- No obstante, lo más sorprendente y fascinante de todo es que los padres pueden ser testigos de excepción de cómo su hijo reacciona a ciertos estímulos. En concreto, a través de la pantalla del ecógrafo podrán apreciar cómo gesticula, sonríe o se sorprende ante la música e incluso ante las voces de su padre o madre.
- Es más, incluso se podrá llegar a distinguir qué hace cuando su madre, por ejemplo, come un poco de chocolate. Y es que, en ocasiones, cuando el bebé aparece de espaldas, se le hace tomar una chocolatina para que así su hijo se mueva y se le pueda ver el rostro de manera clara.
Semana 32
A partir de esta semana no está especialmente recomendado someterse a una ecografía 4D. ¿El motivo? Que el bebé ya es demasiado grande y resulta muy complejo poder obtener una imagen de calidad del mismo.
No obstante, hay quienes sí apuestan por realizarse la prueba en este momento y con lo que se toparán será con un niño totalmente formado, de mofletes gordos y con capacidad para controlar el iris.