Parto

Contracciones: cómo distinguir las preparatorias de las contracciones del parto

Uno de los síntomas típicos durante el embarazo que hay que conocer y reconocer

La forma natural de tolerar mejor las contracciones

Cómo reconocer las contracciones de Braxton Hicks

distinguir las contracciones
Descubre cómo distinguir las contracciones
Blanca Espada

Una de las indicaciones más obvias de que el trabajo de parto está comenzando es el inicio de las contracciones, pero no todas las contracciones son iguales o significan lo mismo. Por ello a continuación, queremos explicarte cómo distinguir las contracciones preparatorias de las contracciones del parto y qué hacer en cada situación.

¿Qué son las contracciones antecedentes?

Las contracciones preparatorias, también conocidas como contracciones de Braxton Hicks, son contracciones que sufre el útero para prepararse para las contracciones del parto. Después de la semana 28, por lo general comienzan y, a medida que se acerca el trabajo de parto, se vuelven más frecuentes e intensos.

Estas contracciones hacen que la cabecita o las nalgas del bebé se encajen más en la pelvis, que el cuello del útero se acorte y que el orificio uterino esté más blando o se abra un poco1. Sin embargo, el cuello uterino permanece cerrado, la tripa puede endurecerse durante un breve período de tiempo (a veces unos minutos) y, a menudo, resultan tan dolorosas como las contracciones preparto.

Las contracciones preparatorias no indican que el parto esté cerca, sino que son una forma de que el cuerpo se vaya adaptando al proceso. No es necesario acudir al hospital ni tomar ninguna medida especial por estas contracciones, salvo que sean muy frecuentes o dolorosas, en cuyo caso se recomienda consultar con el médico.

¿Qué son las contracciones preparto?

Las contracciones preparto son aquellas que se producen antes de la semana 37 de gestación, y que pueden provocar el nacimiento prematuro del bebé. En este caso, podría hospitalizarse a la madre para intentar retrasar el parto o administrarle medicación para madurar los pulmones del bebé.

Las contracciones preparto pueden estar causadas por una rotura de membranas, una infección, un traumatismo, un embarazo múltiple, una anomalía uterina o placentaria, una edad avanzada de la madre, una hipertensión o un estilo de vida poco saludable. Recuerda la importancia de que en el caso de expulsar líquido amniótico, será necesario visitar al ginecólogo.

Por lo general, las contracciones preparto no difieren mucho de las contracciones de parto que se producen alrededor del final del embarazo: ambas son dolorosas y regulares y pueden causar pérdida de sangre, mucosidad y líquido amniótico. La diferencia es que las contracciones preparto no provocan una dilatación suficiente del cuello uterino para permitir el paso del bebé.

¿Qué son las contracciones de parto?

Las contracciones de parto son aquellas que indican que el trabajo de parto ha comenzado y que el bebé está listo para nacer. Se producen a partir de la semana 37 de gestación (aunque pueden adelantarse o retrasarse unos días) y se caracterizan por lo siguiente:

  • Son regulares, dolorosas e intensas. Cada 20 minutos al principio, luego cada 30 minutos y finalmente cada 10 y 5 minutos al final.
  • La duración de cada contracción, incluidas las fases inicial, máxima y final, puede alcanzar los 60 segundos.
  • Tanto la parte inferior del abdomen como la zona lumbosacra se ven afectadas por el dolor. Estas contracciones son precisamente las que ayudarán gradualmente a que el bebé nazca.
  • Cuando el cuello uterino está completamente «borrado» y dilatado tres centímetros, comienza la fase activa del trabajo de parto.

Las contracciones del parto también sufren un cambio en este momento, y estos cambios se manifiestan en sus características.

  • Las contracciones de parto se vuelven más fuertes y frecuentes. Pueden llegar a producirse cada 2 o 3 minutos y durar hasta 90 segundos cada una.
  • El dolor se irradia hacia las piernas y la espalda, y puede ser difícil de soportar. Se recomienda utilizar técnicas de relajación, respiración o analgesia para aliviarlo.
  • El cuello del útero se dilata progresivamente hasta alcanzar los 10 centímetros, que es el momento en el que se puede empezar a empujar para expulsar al bebé.

¿Cómo distinguir las contracciones preparatorias de las contracciones del parto?

A veces, puede resultar difícil distinguir las contracciones preparatorias de las contracciones del parto, sobre todo en las últimas semanas del embarazo, cuando las contracciones preparatorias se incrementan y se manifiestan de forma más intensa y continua. Estas son las contracciones preparto, que duran de 30 a 40 segundos, pueden sucederse a lo largo de una hora y el cuello uterino comienza a ablandarse en preparación para el parto.

Para saber si se trata de contracciones preparatorias o de parto, se pueden tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • La regularidad: las contracciones preparatorias son irregulares y no siguen un patrón fijo, mientras que las contracciones de parto son regulares y se acortan los intervalos entre ellas.
  • La intensidad: las contracciones preparatorias son más leves y no aumentan de intensidad con el tiempo, mientras que las contracciones de parto son más fuertes y dolorosas y aumentan a medida que progresa el trabajo de parto.
  • La duración: las contracciones preparatorias son más cortas y no superan el minuto, mientras que las contracciones de parto son más largas y pueden llegar a durar hasta 90 segundos.
  • El cambio de posición: las contracciones preparatorias pueden aliviarse o desaparecer al cambiar de postura o al caminar, mientras que las contracciones de parto persisten independientemente del movimiento o la posición.
  • La presencia de otros síntomas: las contracciones preparatorias no suelen ir acompañadas de otros signos de parto, como la pérdida del tapón mucoso, la rotura de la bolsa o la expulsión de sangre o líquido amniótico, mientras que las contracciones de parto sí pueden estar asociadas a estos fenómenos.

En caso de duda, lo mejor es consultar con el médico o acudir al hospital para que evalúen la situación y determinen si se trata de un falso o verdadero trabajo de parto.

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