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Cómo no perder los nervios con los niños durante el confinamiento

Pautas y claves para poder saber lidiar con las situaciones de estrés en casa y no perder los nervios con los niños durante el confinamiento.

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Claves para que no acabemos perdiendo los nervios con los niños durante el confinamiento

Los niños no están dando una lección de cómo comportarse estos días de confinamiento en las casas. Todos, desde los más pequeños a los adolescentes, han aceptado que deben permanecer en casa para evitar el riesgo de contagio por coronavirus, pero esto no quiere decir que por el propio encierro y por algunas rutinas que hayamos establecido, los niños se acaben revelando y los padres se pongan nerviosos. Para ayudar a ambas partes queremos ofreceros algunas claves que os servirán, para evitar perder los nervios con los niños durante el confinamiento.

Pensemos que ya llevamos más de un mes confinados, pero todavía nos quedan muchos días por delante de modo que de nada sirve ponerse nervioso o nerviosa por mucho que los niños no quieran obedecer en algún momento. Pero puede que ese comportamiento se junte con peleas entre hermanos o rabietas y pataletas ¿qué hacer entonces?.

Cómo no perder los nervios con los niños durante el confinamiento

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En cualquier momento del día con niños pequeños en casa, todos «encerrados» es fácil perder los nervios . Salir a respirar un poco de aire al balcón, a la ventana o la terraza puede ser una buena solución, pero también es posible revertir la situación y evitar que esos nervios que sientes vayan a más y acabes chillando innecesariamente a los niños.

Los castigos pueden ser también una solución, pero lo cierto es que cuando los nervios afloran pueden ser la peor de todas ya que es posible que acabemos imponiendo un castigo excesivo para un niño que en definitiva también están en confinamiento.

La comprensión es también una clave para lograr tener mayor paciencia estos días con los niños, pero a todo esto le podemos sumar una serie de pautas y acciones que relajarán el ambiente y con ello, nuestros nervios.

  • Implícate en lo que hacen los niños: Puede que estas primeras semanas de confinamiento hayáis hecho manualidades, juegos y otras actividades y todo ello en familia, de modo que tal vez tras un mes «encerrados» estés algo cansado o cansada y hayas decidido dejar que los niños pasen más tiempo jugando solos o jugando entre hermanos lo que evidentemente provocará algún que otro enfado. No es cuestión de que estés encima de los niños las 24 horas del día, pero no estará de más que te impliques y estés presente cuando comienzan a jugar, e ir «echando un vistazo» a medida que pasa la mañana, la tarde o el momento que dediquen al juego. De este modo se evitarán conflictos a tiempo y tus nervios no acabarán estallando.
  • No chilles a los niños: Volvemos a lo de los castigos innecesarios. Cuando el ambiente dentro de casa esté demasiado «caldeado» por culpa de gritos y peleas de los niños, es mejor poner paz sin gritar, dejando claro que la peleas no conducen a nada. Si te pones a pegarles gritos estarás haciendo lo mismo que acaban de hacer ellos y es posible que entonces, lo único que vas a conseguir es que la pelea vaya cada vez a más y todo el mundo acabe perdiendo los nervios.
  • Comienza bien el día: Puede que sientas que los nervios están más a flor de piel en los últimos días. Es normal, el encierro genera estrés así que cualquier cosa que pase con los niños puede hacernos saltar. Una de las claves para evitar esto es levantarse relajado (aprovecha ahora para dormir si quieres un poco más), desayunar bien y hacer algo de ejercicio. Verás como el día se afronta con mejor humor.
  • Practica tu respiración: Para evitar ponerse nervioso cuando se produce un conflicto con los niños, es importante controlar bien la respiración. A lo largo del día puedes practicar la llamada «respiración tranquila» que es uno de los ejercicios más fáciles para relajarte. Prepárate colocándote en posición vertical, respira para sentir el abdomen y siente cómo se hincha durante la inspiración, como un globo. Ahora suelta el aire poco a poco. Una vez que te das cuenta de tu respiración diafragmática, puedes respirar de esta manera mientras lidias con las peleas de tus hijos.
  • Establece objetivos con respecto al comportamiento de los niños: Tras un primer mes en los que tal vez los niños se han comportado de forma excelente puede que notes ahora cambios en su comportamiento y eso te decepcionará y hará que te pongas nervioso o nerviosa. Debes ser más paciente y comprensivo y fijarte como objetivo que los niños no pueden estar concienciados con la situación todos los días y a todas horas, en especial si son pequeños. Cuando comiencen a enfadarse sin más o se rebelen a lo que les pedimos o decimos, debes dejar que ellos mismos se relajen. Enséñales como respirar y dales un abrazo para que sientan que les entiendes.
  • Sigue organizando el tiempo: El cansancio que propicia el confinamiento puede hacer que nos relajemos y empecemos a dejar de hacer alguna de las rutinas que habíamos establecido, pero los niños responden mejor cuando precisamente tienen rutinas y horarios. No debemos dejarlos ahora porque solo provocaremos que ellos mismos se pongan nerviosos y en definitiva, nosotros.
  • Siente la felicidad presente: Aunque nuestra mente y la de los niños se vaya al exterior y a lo que nos gustaría hacer cuando todo esto acabe, no podemos dejar que esto suceda ya que puede generarnos un mayor estrés. Aprovecha el tiempo en familia, disfruta de los momentos de felicidad y con ello los niños también vivirán el presente pudiendo así aguantar todavía más días o semanas.
  • Organiza una sesión de yoga o meditación: para toda la familia. Con ello lograréis aprender a relajaros y a respirar y con ello lidiar mejor ante los conflictos que se produzcan de modo que no acabemos nerviosos.

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