Australia apoya la lactancia en el Parlamento

Hace unas semanas, en el marco del acto de constitución del Congreso de los Diputados en España, se suscitó una gran polémica. ¿El motivo? Que la diputada de Podemos Carolina Bescansa acudió a la sesión con su bebé, como una manera de reivindicar la lactancia materna y también la necesidad de que se facilite que los padres puedan conciliar vida familiar y profesional. Su acción, que también ha sido llevada a cabo por otras políticas en el resto del mundo, generó controversia y una gran cantidad de críticas.

Sin embargo, esos comentarios en contra parece que están absolutamente desfasados si tenemos en cuenta que hay países donde se ha dado un paso más en pro de las mujeres que ejercen como políticas y que tienen niños pequeños. Nos estamos refiriendo en concreto a Australia, que ahora apoya la lactancia en el Parlamento.

Avances en pro de la conciliación

Ese país parece ser que está por encima del resto en cuanto a posibilitar que las madres que trabajan como parlamentarias puedan atender a sus bebés de una manera conveniente. Así, en los últimos años se han ido aprobando diversas medidas en pro de las mismas, que dejan claro que su sociedad y su gobierno quieren adecuarse a los tiempos y, sobre todo, quieren cuidar y proteger la infancia de los más pequeños.

Por eso, junto a la última acción que hemos citado, estas son las que ha realizado hasta el momento al respecto:

• En 2003 el Parlamento procedió a acabar con una antigua norma que establecía que ningún visitante podía acceder al mismo. Esto supuso que se permitiera que los bebés que estaban en la fase de la lactancia materna sí pudieran estar dentro del edificio junto a sus madres, para que estas pudieran darles el pecho cuando lo necesitaran.

• Tiempo después se ha optado por determinar que, además de los recién nacidos en la etapa de amamantamiento, también pueden entrar en el citada construcción política los hijos de las diputadas que se encuentren enfermos y requieran las atenciones de sus madres.

• Y ahora la última medida ha sido la de permitir y aceptar que podrán entrar a la Cámara de Representantes sin ningún tipo de problemas tanto los bebés que estén tomando el pecho como los que se alimentan con biberón. De ahí que se facilite enormemente que sus madres puedan conciliar a la perfección sus dos facetas: la personal y la profesional, sin que ninguna de las dos se vea mermada en ningún caso.

Singularidad en pro del avance

Pero no sólo hay que quedarse con lo expuesto hasta ahora, hay que saber que Australia ha vuelto a dejar patente que es un país avanzadísimo en el sentido que nos ocupa. ¿Por qué? Porque todas las medidas expuestas no sólo se ponen al alcance de las mamás sino también de los papás. De ahí que estos cuenten ya con la misma posibilidad de llevar al Parlamento a sus hijos para cuidarlos o para darles el biberón.

Una decisión que realmente hay que aplaudir y que debería ser un ejemplo para el resto de naciones. Hay que ayudar e impulsar la conciliación en todo momento y hay que facilitar que también los hombres se impliquen a fondo en su papel como padres. Y decisiones como estas del parlamento australiano lo persiguen, lo favorecen y lo facilitan.

Ahora sólo quedaría que en otros países, como España, se dejen de lado los conflictos entre partidos, los ataques innecesarios y las actitudes retrógradas. Lo que hay que hacer es pensar únicamente en el bienestar de los niños, en que puedan estar con sus padres cuando lo necesiten y en que puedan tener la alimentación y las atenciones que requieran independientemente de la profesión que tengan sus papás.

Y es que ese es otro “caballo de batalla”. Es importante que todas estas medidas no sólo se acometan en el ámbito de la política y de los parlamentarios sino también en los demás sectores laborales. Si se quiere que los individuos tengan hijos, hay que facilitarles el que puedan cuidarlos y atenderlos sin tener que dejar de lado el trabajo.

El famoso periódico “The Guardian” ha sido el encargado de dar a conocer fundamentalmente las medidas aprobadas en la mencionada cámara de representantes australiana. Ahora queda por ver cómo van implantándose, cómo los diputados en general se van acogiendo a las mismas y, sobre todo, habrá que esperar para ver si en otros gobiernos también se dejan atrás normas arcaicas y se apuesta por establecer otras ajustadas a la realidad social del siglo XXI.

No obstante, hasta que lleguen esas, hay que mirar con positividad que se estén dando los primeros pasos al respecto. Luego, habrá que confiar en los representantes parlamentarios y, en caso de que sea necesario, seguir reivindicando mejoras al respecto.